01 agosto 2011




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editorial

Dadá es una apuesta per se transgresora, anacrónica hoy en día al haber migrado desde la contracultura a la cultura. Dadá; más que fenómeno estético, una actitud frente al proceso del arte. En este sentido último, La casa azulada es hiperrealidad de una época más allá de la intermediación editorial.
Su propia maduración o constelación de la totalidad se da en la frontera entre lo no legitimado y el main stream; en todo caso bajo la mirada multitudinaria y de los imaginarios encarnados en su propio medio, territorio anárquico y utópico por excelencia.
Ésta es una invitación al juego de las metamorfosis de la idea, lo cromático y lo estético. Somos en definitiva intencionalidad azarosa.

José Antonio Parra

mandala - muu blanco

el cautivo

Octavio Armand



Había un pájaro. Solo uno. Empinándose, retaba a la inmensidad. Parecía inmóvil pero avanzaba constantemente hacia el fuego, subiendo la escalera sin peldaños como si la absorbiera al atravesarla, como si poco a poco se fuera convirtiendo en aire, viento. Así lo imaginé porque no podía retenerlo sino por instantes entre los párpados.

Fijar la vista en aquel punto que iba y venía del sol me remontó a la infancia, cuando el cielo era aún más alto pero lo sentía cerca. Del tamaño de mis ojos, me rozaba el pelo y la piel. Me acariciaba, me despeinaba, se filtraba por el cuerpo, aligerándolo para que flotara y pusiera todo a mi alcance. Entonces podía sostener a los pájaros en las alturas con la mirada, esa mano con que agarraba cualquier distancia. Eran mis flechas sin rumbo que siempre daban en el blanco. Y también nubes inmutables, menos caprichosas, que solo se transformaban de zopilote en halcón, de gorrión en cenzontle o colibrí.

Ahora veía en aquel pájaro al señor del espacio, tan ajeno a mí como la realidad a mis deseos. Y cada vez que me atrevía a morder la luz, aunque tuviera que apretar lágrimas al hacerlo, volvía el rostro hacia arriba y lo hallaba de inmediato, pues ocupaba la inmensidad, aumentando de tamaño al alejarse.

El vuelo se repetía a ras de tierra, donde la sombra le dibujaba mil destinos. Ensartaba las piedrezuelas, recogiéndolas en un collar ingrávido que sugería horizontes. Al cruzar sobre arbustos, la curva de cada rama lo doblaba en mitades dispares, zigzagueantes; las raíces brotadas lo afilaban, quizá para clavarlo en una gota de agua escondida; y las hojas cedían momentáneamente su brillo encendido donde la pequeña nube negra rebotaba en un sinnúmero de diminutas nubes negras.

Decidí seguir el vuelo mutiplicado en su sombra para no quemarme. Hice que las alas se arrastraran sobre la tierra, como si fueran mis propios pasos buscando la madriguera de un conejo o el túnel de algún hormiguero. Tal vez porque así he soñado la puerta del inframundo y ya me buscaba entre los muertos.

Del sol sólo veía esa sombra cuando llegué a mi destino.

Por Cerros Blancos, orillas del Zahuapan, nos enfrentamos.

 El enemigo nunca ha podido doblegarnos. Nunca lo hará. Una y otra vez le hemos negado la victoria, regalándoles sangre. Y cobrándosela. Con el rostro pintado somos lobos, puntas de flecha, aullidos, ocelotes, serpientes, macanas, siseos. Entretejidas en la cabellera, las plumas de gavilán bailan con el viento para prestarnos la ligereza de las nubes.

 Los colores no son las únicas armas. Nos untamos manteca de tortuga, baba de sapos, orina de coyote; y con cola de cascabel y carnaza de ciervo nos frotamos, para que todos sepan quiénes somos. Eso nos protege mucho más que los escudos. Afincados en la tierra y el agua, somos piedra y espuma, hermanos de lo que se arrastra sin sombra.

 Otros lucharían, como siempre, para defender un pedazo de tierra. Yo había decidido defender el cielo de Tlaxcala. No me fijé sobre la yerba reseca, buena para lanzarse al ataque o resistir la embestida. Me coloqué bajo una nube. Bajo un pedazo de cielo.

 Pero esta vez duré menos que la polvareda del combate; y aunque al caer me burlé del Caballero Aguila, yo soy el maniatado, no él.

 Evitó mis mejores golpes. Y evitó matarme. Ahora ambos solo vivimos para morir de nuevo. Como gemelos vivimos para el sacrificio.

 __  Conocerás la pirámide, me dice.

 Oigo sus amenazas como antes, de niño, oía el viento. Así no dejo de burlarme de su comprobada valentía; y al sentir que no es más libre que yo ni que el río amarrado a la corriente, puedo soñar que sostengo su vuelo, que el prisionero es él.

 Cicatrizarán mi odio y su desprecio. Mío, ya, el consuelo de sus últimas palabras:

 __  En la cima morirás mejor. 



Caracas, 29 de septiembre 2010


*
El cautivo

Por Cerros Blancos, orillas del Zahuapan,
duré menos que la polvareda del combate;
y aunque me burlo del Caballero Aguila,
yo soy el maniatado, no él.

 Evitó mis mejores golpes. Y evitó matarme.
Ahora solo vivimos para morir de nuevo.
Como gemelos vivimos para el sacrificio.
__  Conocerás la pirámide, me dice.

 Al sentir que no es más libre que yo
ni que el río amarrado a la corriente,
el prisionero es él.

 Cicatrizarán mi odio y su desprecio.
Mío, el consuelo de sus últimas palabras:
__  En la cima morirás mejor. 


Caracas, 23 de septiembre 2010






Octavio Armand. Nació en Guantánamo, Cuba, en 1946.Ha vivido durante muchos años en Nueva York, donde fundó y dirigió la revista Escandalar entre 1978 y 1984. Reside actualmente en Caracas. Colaborador de Plural, Vuelta, Papeles de son armadans, Ujule, More ferarum, Tse tse y otras revistas latinoamericanas y españolas.Ha publicado en poesía: Horizonte no es siempre lejanía (1970), Entre testigos (1974), Piel menos mía (1976), Cosas pasan (1977), Cómo escribir con erizo (1978), Biografía para feacios (1980), Origami (1987), Son de ausencia (1999). Algunos de sus ensayos han sido recogidos en Superficies (1980), El pez volador (1997), El aliento del dragón (2005) y Horizontes de juguete. Refractions, una selección de poemas y ensayos, en traducción de Carol Maier, fue publicada por la editorial Lumen Books de Nueva York en 1994.Su obra ha merecido la atención de Juan Antonio Vasco, Luis Justo, Guillermo Sucre, Octavio Paz y Severo Sarduy, entre otros destacados intelectuales.

el poder de la conversación

Adolfo Castañón



Cada libro es como  una cita, una promesa de cohabitación mental y convivencia, una conversación, un proyecto de vida, una promesa, un adorno mental. Las actas del simposio sobre La mitología del cerdo. Las figuras de la biblioteca en la imaginación del siglo de oro español, los Poemas completos de D. H. Lawrence; los Diarios de M. F. K. Fisher —la ensayista usamericana que escribe sobre cocina y vida cotidiana—, el libro sobre Europa de Lucien Fevre, los ensayos de Germán Arciniegas o la prosa de Paul Celan. El comprador de libros no sólo los adquiere para leerlos sino, por supuesto, para tenerlos, para saber que los puede leer. Entro y salgo de las librerías con un sentido de culpabilidad o de extrañeza: estoy aquí, por fin, estoy aquí, me digo, antes he visitado las librerías con los ojos del sueño y de la mente. También me siento un intruso: ¿Qué hago aquí? ¿Por qué he venido a cumplir este ritual de absurdo? ¿Por qué estos autores —digamos Michel de Montaigne, George Steiner o Paul Valéry— me son más cercanos y preciosos y más próximos que algunos miembros de mi familia, que mis conocidos, vecinos y amigos? ¿por qué despilfarro fortunas en llevarme estos libros?

Un libro es una cita, una conversación, un libro lleva a otro: precisamente por eso en cada uno están presentes y ausentes los demás. Atravieso una glorieta, y me doy cuenta de que yo mismo soy un crucero. Camino por el puente pero ¿no soy yo mismo un puente? ¿Qué es un puente? Un puente no está en ninguna orilla y sin embargo une las dos; no es el agua pero la atraviesa. Un puente está hecho para pasar. Nadie vive en un puente —aunque algunos pordioseros duerman bajo sus arcos. Un crítico literario, un ensayista es un espectador que ha hecho de su gusto por mirar un espacio. Es  una persona-terraza. Quizá los libros que compra son la materia prima para elevar ese mirador.
    Libros: flechas y señales. A fuerza de reunir libros, se crea una biblioteca. Algo así como un panteón o una ciudad mental. Y es cierto: los suburbios, las banlieu devoran las ciudades contemporáneas, las interminables manchas urbanas. El origen literal de estas palabras es un buen auxiliar: banlieu: lugar donde viven los proscritos, lugar de proscripción: ban-lieu; suburbio: la ciudad de los inferiores, la población de los subsuelos, de los de abajo. La biblioteca-ciudad no escapa a estas connotaciones: lo ilegible crece, ay de aquellos que llevan lo ilegible en su corazón.
El ruido impide leer: Un libro es ¿quién no lo sabe? una bomba de silencio. Una biblioteca y un muro aislante se parecen mucho; el papel funciona como el corcho: aísla el ruido. Así, la biblioteca está fuera de la historia o, al menos, se pone al margen de ella, la acepta a condición de transcribirla.
    Se admiten periódicos, revistas y ¿por qué no? discos con música grabada. Incluso cabría     aceptar discos con ruidos —como en la narración de George Steiner: “Desert island discs” (1992), a condición de que estén clasificados y organizados, claro, en función de un discurso subyacente que los eleve a la categoría de documento, parte de un código. O sea que el libro en última instancia no existe y es solo una actitud. La actitud que lleva a contar historias y a oírlas, a conversar. La historia, por ejemplo, del avaro previsor que, nacido a fines del siglo xix, pensó que nunca llegaría al xxi y mandó hacer su lápida con su nombre: Fulanito (1896-19….) dejando libres las dos últimas cifras, pues pensaba morir en el xx, pero pasó el siglo, cumplió cien años y, sí, estaba contento de vivir, pero furioso por tener que volver a gastar y tener que comprar otra lápida. Historias, anécdotas, episodios, ideas, pensamientos, recuerdos, memorias, historias de guerra, las historias de las mujeres humilladas en público en la Francia librada de los alemanes, rapadas por haber accedido no sólo a acostarse con los invasores, sino por haberse vanagloriado de ello. No, no todos los alemanes eran duros; no todos eran nazis; algunos eran simplemente soldados profesionales que veían con espanto de lo que eran capaces los jóvenes SS.
    Pero en México no tuvimos guerra. ¿La cuestión judía? ¿el poder nazi? Sólo conocimos ecos remotos. Hubo una revolución y luego una guerra cristera, y crímenes y hombres que eran sacados de su casa para ser fusilados de inmediato, y violencia y delaciones, y libros sobre los fusilamientos y libros sobre la traición  y el heroísmo, y el amor entre las alambradas y sobre la locura llamada historia. Conocemos las historias de los desaparecidos, de los que se llevaron una noche y nunca volvieron. Porque finalmente decir libros es una forma de decir hombres, memorias humanas, y el que carga libros eso es lo que anda haciendo: llevando sobre sí el peso de la historia, la carga de la memoria y de la imaginación. Una carga tanto más grave y pesada cuanto que vivimos en una sociedad que idolatra el olvido, a pesar de que esté dispuesta a pagar millones para la conservación del patrimonio. Ciudades de amnesia a pesar de la comunicación y sus tecnologías. Quizá sólo estas sociedades tan complejamente uniformadas, tan sofisticadamente informadas gracias a internet podían haber inventado la soledad de nuestros siglos xx y xxi, el aislamiento de los desempleados, la orfandad, el miedo, aun la repugnancia que nos suscita lo humano, el terror a comunicarnos que precisamente los libros, los periódicos —ya no digamos las pantallas— ocultan. Terror a comunicarnos y terror también a estar solos. Porque la soledad inventada por la sociedad moderna nos prepara muy mal para poder resistir la antigua soledad creadora y contemplativa —y ahora ¿qué curioso, ¿no? ¿no siempre ha sido así?— tenemos miedo de estar solos y de estar acompañados, miedo de cualquier cosa que no sea estar frente a una pantalla hipnotizados, y hablar y escuchar ¡vaya! qué molestia, qué cansancio, qué flojera, qué poca… atención y compasión nos suscitan ahora nuestros prójimos.
    Parecería necesario inventar una nueva conversación, “y la revolución que necesitamos hoy está en cambiar la forma en que hablamos del fracaso”. Las sociedades, lo sabemos, se fundan en las afinidades: en los cimientos de la ciudad está la amistad que produce pactos, alianzas, contratos. Me gustaría pensar que el lenguaje nació del placer y no de la necesidad, del gusto y la necesidad de compartirlo, por la voluntad de darle un futuro a cierta experiencia suficientemente placentera para cobrar un carácter trascendental. Ese gusto y placer está asociado al sentido —y transmitir el gusto sería transmitir el sentido. Pero en nuestros días de prisa, esclavitud asalariada, alimentos congelados, secularización mercantil, guerra económica, desempleo de por vida, rutina y supuesta falta de horizontes, la conversación está en decadencia, desfallece la palabra civilizada, y el mundo se ve reducido a los más diversos fundamentalismos —no por diversos menos compactos e intolerantes. La especialización —anota oportunamente Zeldin— es otra forma de exclusión social. La imaginación de la utopía es invención de una nueva comunidad.
    Vivimos una sociedad mercantil y especializada y de donde quedan excluidos todos aquellos seres y circunstancias que no conducen a un provecho y rentabilidad inmediatos. El ocio es considerado por la sociedad del trabajador y de la movilización total como un castigo. De ahí que los desocupados, al ser considerados como excluidos, necesiten tanta ayuda: primero económica, luego psicológica.
    Como una salida al agotamiento de la conversación actual propone Zeldin hablar del fracaso. Hablar valientemente del fracaso y de los fracasados; hablar con los fracasados y derrotados; con humillados y ofendidos. Asumir en alguna forma su punto de vista. Pero esto —¡cuidado!— no siempre implica hablar en primer lugar de los propios fracasos, dolores e insatisfacciones o —al menos— estar consciente de ellos.
    Otra de las conversaciones agotadas, otra de las causas de la decadencia de la conversación es que el discurso del amor está estancado. La retórica amorosa de que disponemos no nos sirve de mucho: el amor cortés, el cortejo, el vuelo romántico, los discursos del matrimonio burgués y pequeño burgués no han sido renovados por el cine y la TV, de modo que nuestro desarrollo tecnológico hipertrofiado no corresponde a nuestras experiencias fragmentadas ni a unos discursos arcaicos dominados por la violencia. Es quizá la falta de un discurso sobre la amistad, la amistad amorosa, cristalice o no en una vida en pareja, la que corroe desde su raíz a la sociedad.
    La amistad es por supuesto el espacio de la conversación en su más alto grado de intimidad e intensidad, pero también es cierto que se pueden tener buenas conversaciones con quienes no son nuestros amigos más íntimos y que incluso la intimidad puede llegar a ser un obstáculo para la libertad de la conversación. El Renacimiento y la Ilustración fueron momentos de gran conversación —y, añadiría yo, de libertad de costumbres. La conversación está, desde luego, asociada a las costumbres, a los valores y a los puntos de vista. Cambiar de conversación, iniciar una conversación equivale a inventar una nueva red de costumbres; una “tercera naturaleza” para superar la segunda que ya no nos sirve. Sócrates, Cristo, iniciaron ¿quién lo dudará? otras conversaciones. ¿Una conversación fresca, nueva, es revolucionaria? Parecería que sí. También adúltera. Es —eso lo saben los maridos eternos— relativamente sencillo iniciar una nueva conversación con una nueva mujer: una nueva novela, una saga, un romance.  Pero es más difícil mantener viva la conversación con la esposa (o la hermana) y todavía más mantener una intimidad amistosa con un amor imposible, aunque los amantes, si son cuidadosos, saben conservar su lengua fresca mucho tiempo. La mayoría de las personas cambia de trabajo por razones de dinero o de poder y prestigio. Existen sin embargo algunos casos en que se cambia de trabajo (o de mujer) simplemente para cambiar, para seguir la conversación; para perseguirla.
    Pero —como decía el peregrino irlandés—, si no podemos cambiar de país, cambiemos de conversación, aunque cambiar de país (de familia) sea ya hablar de otras cosas.
El mundo actual corre el riesgo de ser enormemente aburrido: de un lado, la especialización, la profesionalización, la transformación del ser humano en un instrumento de precisión incapaz de comunicarse con otras personas más primitivas que son o le parecen herramientas y que aparecen ante él como cifras, caricaturas. La globalización: el mundo se estrecha, ya no hay tierra incógnita, sólo  Dios Abscóndito, un Dios que se oculta, un silencio que no otorga. El mundo como un gran hospital atendido por especialistas, y donde la frontera entre curandero, charlatán, sacerdote, político, todólogo y médico generalista se iría disolviendo. Las explosiones aventureras son substituidas por las implosiones de la clandestinidad y la transgresión. La nueva Torre de Babel es horizontal y se llama Internet. Instrumento prodigioso de información, comunicación, dominio, conservación, piratería, confusión, guerra, guerrilla y desinformación, internet es el instrumento más refinado y amplio de la secularización. Casi parece natural que el colegio de sabios de la Torá, compuesto por los rabinos ultraortodoxos de Israel, denuncie que “el diablo se esconde en Internet”. La condena rabínica recuerda el anatema lanzado por la misma organización hace tres décadas contra la TV. El hecho de que internet y TV sean los dos brazos de una misma pinza enriquecería en principio la conversación. La experiencia nos lleva a ser escépticos, sobre su florecimiento superficial a la vista de la explosión de revistas y diarios que proveen conversación barata y desechable, envolturas mentales listas para ser habladas (prêt-à-parler) desechadas. Pero la conversación debe seguir. Las puertas están abiertas. Sólo hay que empujarlas.





Adolfo Castañón (Ciudad de México, 1952). Poeta, ensayista, editor y crítico literario mexicano.

Estudioso de las letras y gastrónomo completamente autodidacta, ha sido miembro del consejo de redacción de varias revistas en Latinoamérica, entre las que se encuentran La Cultura en México, Suplemento de Siempre!, Vuelta, Letras Libres y Gradivia. Laboró durante más de 30 años en el Fondo de Cultura Económica donde desempeñó distintos cargos del oficio editorial.

la sombra

 Carlos Riccardo



Al atardecer, en el rancho de Gustavo, comemos hongos.

Apoyado contra una pared fuera de la casa, mientras las consabidas náuseas se apoderan de la garganta, frente al viejo Torino blanco que, por unos instantes - el capot se hincha y deshincha levemente - parece respirar.

Voy hacia la hondonada verde que hay al costado del rancho. Lo abierto, el aire, me alivian. Me siento en el declive: la vegetación se vuelve exagerada: sobre todo las plantas a nivel terreno, los arbustos próximos adquieren un aspecto amenazante; en cambio, las arboledas, distantes, movidas por la brisa en una ondulación suave me calman.

bluff. tras la pista de un manuscrito desaparecido*

Manon Kubler



DE LA TORRE HUYES , DONDE ESCPAISTA Y PLURAL ENCADENAS TU EQUIPAJE Y TE DECIDES POR BALCONES . COMO GALAPAGO PRETENDES  EN TU HUIDA UN NUEVO SOSLAYO, LLEVAR EN TUS BOLSILLOS TU TIBIO ATAUD, EXTENDER TU MANO Y ARRANCANDO EL ESPARADRAPO DEL  SILENCIO PARA QUE SEA OTRA LA MIRADA QUE TE ABORDE , OTRO EL RETRATO POSEIDO ,OTRA LA ANUENCIA DE TUS PASOS  Y ALLI TE VAS, ATAVIADA DE MONSERGAS Y ATADURAS  TE VAS, ORGULLOSO DEL DISFRAZ  TE VAS SURCADA DE UN OCEANO DONDE DEJASTE AHOGAR EL LAMENTO PREFERIDO DE TU ULTIMA PARCELA, DE TU ENCIERRO BENEFICO PERO HASTA AHI,  DE TUS CIELOS DERRAMADOS DESAJUSTANDO SOSTENES PREPARAS EL BANO EN OTRA PARTE  Y AHORA SERAS TU, PRECIPITADA QUIEN CONOZA LIBRE EL AROMA DE UN LAVANDA , CAIDA LIBRE, OCULTANDO  TU PRONTUARIO  CEDERAS UN NUEVO ACENTO, FORAGIDA INOCENTE, ESTAMPIDA FELIZ QUE TE LLEVARA A LA QUIEBRA. PORQUE ERES ERES ESO, AQUI O ALLA ERES ESO. Y EL JUICIO TENDRA AUDIENCIA  Y SIN SABERLO TE MONTASTE SOBRE EL RIESGO, YA QUEDO FRAGUADA TU EXTRANA VOCACION POR LA DESTREZA, POR LA PRISA. POR EL MUNDO.  OTRA VEZ RECIBIRAS LA LLAVE, ABRIRAS CON OSADIA LA PUERTA QUE TE ESPERA Y SIN SABERLO, CIEGA, MAS ALLA DE TU ALTURA, VUELVES A SER ESO, FURIOSO ENSAMBLAJE DE FLAQUEZAS, ATAVICA ARMADURA, SOSPECHA. TU NO LO SABES PERO TODOS TE OBSERVAN, RECOGEN PEDAZOS DE TU BORRACHERA Y LA PONEN A PRUEBA, PERO TU NO LO SABES, SOLO ESPERAS ALLI Y VUELVE EL CRONOS A CERCARTE, LA SOMBRA DE LA REJA, OCULTA UNO DE TUS OJOS. HOLA OYES EN UN AD LIBITUM Y YA LA TUMBA TE HAN SEMBRADO, YA LLEVA CRUCES Y EPITAFIO TU CONDENA. 



*PEDAZOS DEL MANUSCRITO BLUFF. ILEGIBLE.







Manon Kubler. Periodista, escritora en retirada. A la saga de una nueva crónica. Preparo mis balas. Expulso mis fuegos. Afino mis agallas. Avanzo. Me demoro. Vuelvo a avanzar. Busco estómagos que sujeten tóxicos y extremos. Aquí estoy, a la saga, vivia y sobrevivida para la alegria de pocos.

sin título

Santiago Méndez Alpizar



Finalmente murió tía Candita / atada a la asfixia / con balón de oxígeno a remolque. Todo este alejamiento / todos los días de los tantos años sin verla/ sin vernos/ hace termine con una tristeza diferente / más filosa a la que me provoca cierta canción de Prince por Sinead O´ Connor.
Para seres como tía Candita deseo exista el cielo.
El tiempo cobra también en ausencia. O viceversa.  Podría entonces pagar toda esta falta: todas las veces que no encontró el buchito de café/ los cigarros que la iban matando. Podría pagar trocar su ausencia por la mía. Su incapacidad para llegar sin dejar de avisar de la pobreza.
Murió finalmente tía Candita/ unida al axioma de otra vida mejor. Ahora estará con abuela y con mi madre: con su hija/ mi prima pequeña que se fue la primera.
Nos dejó los conjuros contra el empacho/ el mal de ojo. Cómo crecer el arroz microjet: triple de agua que el agua alimenta/ limpia por dentro/ por fuera.  Algunas canciones de Leo Dan/ a quien ahora escucho y me resulta igual de lamentable/ pero me es imposible de separar: romántica a fuerza de pobreza/ las canciones que se escuchan en las casas de los pobres. Será que la pobreza -entonces- lleva en sí maneras contestatarias.
Murió tía Candita/ se fue secando: apenas 20 kilos/ según me lo han contado.





San Juan de los Remedios, 19 de Enero de 1970, Las Villas, Cuba.
Su último libro publicado, Bagazo: poemas iberos, se puede solicitar en Amazon. (Efory Atocha ediciones, Madrid 2010).  Coordina la página de literatura y arte, Efory Atocha.com.
Reside en Madrid desde 1996.

poemas

Kira Kariakin




Deseo



tengo contrapuestos los saberes
las manos están desconcertadas
con tanta textura distinta

mi mirada rebota
en el espejo
y cercena convicciones

deseo vuelo

quemarme las alas

cenizas prendidas
cayendo de mi cielo
por un sol rabioso

quiero furia

la paz es falsa

anodina
cómoda



ardiendo
todo tiene sentido

cuando el fuego
trabaja sin pausa
y me consume
perenne


La hora

es la hora

de desatar los nudos
liberar afectos



de disolver engaños
impuestos


en esa hora

me traigo de vuelta

perdida como ando
en esto
y aquello

que no merece recuerdo

en el retorno

solo cabe respirar

apreciar

la falta de ruido

la transparencia



Sin resistencia


luego de comprobar
las ataduras
de consolidarlas
escapo

mis huidas
no esquivan nada
ni me alejan

huyo
por adicción

y por ello
sin resistencia
regreso
siempre






Nació en Caracas en 1966. Es autora del blog K-minos desde el 2004. Desde 1987 se ha desempeñado en el medio editorial en diversas áreas, trabajando para editoriales como el Grupo Alfa, Planeta y Grijalbo. Tuvo una agencia literaria. Fue durante 4 años (1994-1998), gerente editora de la revista Estilo. En 1999, se fue a Uganda por cosas de la vida y allí se quedó por 5 años para luego mudarse a Bangladesh por casi otros cinco. En ese período fuera se desarrolló en el área de las tecnologías de la información y comunicación especialmente en diseño y desarrollo de contenidos para web, y en los últimos 3 años en redes sociales. Colabora con distintas revistas digitales como Los Hermanos Chang, elmeollo.net y analítica.com. Se encuentra en Venezuela desde finales del 2008. Ha sido parte de varios talleres literarios. Actualmente participa en el taller de poesía de Armando Rojas Guardia y prepara su primer libro.

voto mandala

Eli Bravo



La primera vez que me crucé con la palabra mandala me quedé con la imagen literaria. Nadie se sumerge en la totalidad en la primera zambullida y para un adolescente todo descubrimiento encierra un secreto. En mi caso mandala era Rayuela. Si, lo se, a estas alturas del laberinto la referencia pinta como un Unicornio Azul, pero hay que entender las cosas en su contexto. A los 16 años una novela como esa te vuela los tapones.

En el prólogo de Jaime Alazraki para la edición del Fondo de Cultura Económica, Rayuela es un mandala “en el sentido de que la novela despliega un diseño que puede recorrerse siguiendo múltiples senderos, eligiendo una ruta desde la cual el lector asume su propia búsqueda”. Hubiese sido fascinante tener a Cortázar navegando Internet hoy en día. Literatura de hipertextos y patafísica.

El mandala. El espacio donde buscamos. ¿Qué? Algo, evidentemente.

Tiempo después llegó el mandala sin palabras. En una pared vi colgado el diseño que sirve de apoyo a la meditación. A la búsqueda del centro. Y no entendí un carajo. ¿Qué centro puede existir cuando vives el vértigo de la primera juventud?

No fue sino hasta hace pocos años que el mandala se reveló en su parcialidad (la totalidad, si aparece, vendrá más adelante) En una exposición sobre el arte budista en la Sociedad Asiática de Nueva York encontré una selección de mandalas en las distintas tradiciones. Por instantes, los ojos fijos en ese universo, la mente vio en profundidad el camino. No era la geometría tibetana, los paisajes chinos o la simpleza japonesa. Detrás había otra cosa. ¿Qué? Algo, evidentemente.

Jung decía que el mandala nos acerca a nuestra psiquis profunda. Morelli, el alter ego de Cortázar en Rayuela, filosofaba que “escribir es dibujar mi mandala y a la vez recorrerlo, inventar la purificación purificándose; tarea de pobre shaman blanco en calzoncillos de nylon”. El maestro de meditación Jack Kornfield dice que el mandala es una de las puertas para alcanzar la naturaleza de Buda en cada individuo.

Lo interesante es que no hace falta pensar demasiado en ella para entrar. Es más, si piensas, te quedas fuera. Por eso Morelli, y Oliveira, y el propio Cortázar vivían en un eterno psicoanálisis. Por el mandala se camina con otros pies.

Pero no me creas. Esto es algo que intuyo. Jamás he recorrido uno.

Practico meditación en la tradición Vipassana. Ojos cerrados, concentrado en la respiración, sintiendo el cuerpo, las emociones y los pensamientos que surgen y desaparecen. No evoco imágenes. Estas surgen y yo las observo. Una técnica en apariencia muy seca, pero en mi caso, fascinante.

En Vipassana, al igual que en la práctica de Yoga Ashtanga, el cuerpo es una puerta para llegar a la mente, y de allí, conectar con la esencia.

Un momento. ¿No hay acá un mandala?

En el mismo prólogo de Rayuela, Jaime Alazraki usa una cita de Mircea Eliade. “Al penetrar mentalmente en el mandala, el meditador se acerca a su propio centro y ese ejercicio espiritual puede entenderse de dos formas: primero, para llegar al centro, el yogui domina y rehace el proceso cósmico pues el mandala es una imago mundi; segundo, ya que se trata de una meditación y no un ritual, el yogui puede, a partir de ese apoyo iconográfico, encontrar el mandala en su propio cuerpo”’

La totalidad, en tu propio cuerpo. Esto si que me dice algo. ¿Qué? Una posibilidad de exploración, evidentemente.

Y con esto de los cuerpo, habrá quien diga que son varios: el físico, el energético y el espiritual. Pero este no es lugar para divagar entre la carne, los chakras y lo que podríamos llamar el alma, por decirle de alguna manera. En cualquier caso un puente hacia la totalidad pasa por allí.

Como verán, la divagación me ha llevado a zonas intensas. Mejor simplificar el mensaje: Descubre el mandala que hay ti. Suena bien para una campaña publicitaria

O qué tal “Mandala, solo mira adentro”.

Quizás “Mandala somos todos”. Esto se vería bien en una franela.

¿Se podría usar en una campaña electora? “¡Vota por Mandala! En él ves lo que buscas”

O algo más sabroso: “Cerveza Mandala. ¡Por su cuerpo!”

Y por ahí podríamos seguir un buen rato.

Porque así es la mente. Como un mono enjaulado. Y un mandala ayuda a enfocarla para así alcanzar algo. ¿Qué? Algo que no está en las palabras y los diseños, evidentemente.



Comunicador en serie. Graduado de la UCAB en periodismo impreso (lo digital en aquella época era poco más que dactilar) Ha trabajado para medios como People & Arts, Discovery Channel, Unión Radio, El Universal y RCTV. Ha publicado 6 libros, el más reciente, su primera novela "Una ola tras otra" (Planeta, 2009) Actualmente es Director y Editor Ejecutivo de www.Inspirulina.com, una plataforma de contenidos inspiradores para la transformación del ser humano. Padre de dos niñas a quienes les inventa cuentos cada noche y les prepara arepas en las mañanas.

la sombra de mi cuerpo, el saco del flux

Eric Colón



Hoy, caminando con el sol en la espalda, veía la sombra de mi cuerpo balanceándose sobre la acera, mi delgada silueta con los cabellos aun revueltos del corte de pelo que me hice ayer. Reconocí mi andar como no la hacía desde hace años y tuve uno de esos rápidos pensamientos neuromanticos en los que me encontré de nuevo conmigo mismo, con mi pequeña historia de 37 años de vida, llegué al ejercicio reflexivo de reconocer con calidez mi absoluta humanidad y la invulnerable capacidad con la que ese cuerpo, ahí reflejado en la acera caliente de las dos de la tarde, se perpetuó en la naturaleza, en un espacio que camina y anda como yo, en este planeta.

mandala petrolero

Rolando Peña -El Príncipe Negro-







En el Libro Barsa de la Enciclopedia Británica del año 1968, el critico Stazis Gostautas escribió lo siguiente: "Rolando Peña (Artista Venezolano), fundador y director de la Foundation for the totality (grupo de vanguardia latinoamericano, radicado en N.Y.C.), es el pionero de los Espectáculos Mutimedias-Sicodélicos, Happenings, Performance de la América Latina". Rolando Peña ha desarrollado una extensa obra dentro del teatro, la danza, cine e instalaciones multimedia. Ha colaborado con José Ignacio Cabrujas, Andy Warhol, Allen Ginsberg, Pierre Restany, entre otros. Desde los años 80 hasta el presente ha trabajado una monumental obra sobre el “Petróleo”, como concepto, icono del arte contemporáneo, enmarcado en la unión de arte, ciencia y tecnología, con la complicidad del Astrofísico Claudio Mendoza. Ha participado en exposiciones internacionales, bienales y museos de las principales ciudades del mundo, donde ha recibido diversos homenajes y premios. www.makeoilgreen.org.ve

voyeur

Amira Tremont












Amira Tremont es licenciada en Artes Plásticas, mención Medios Mixtos, por la Universidad Experimental de las Artes y TSU en Diseño Gráfico egresada del Colegio Universitario Monseñor de Talavera. Desde el año 2001 ha cursado diversos estudios de fotografía en escuela como Cristóbal Rojas, Roberto Mata Taller de Fotografía y Organización Nelson Garrido.
Exposiciones. Photomaton, y Salon jovenes con FIA 2011.

Colaboraciones.
Charla sobre Archivo Virtual de Documentación sobre Performance y Performancistas. Performancelogia Montevideo, Uruguay (2007)

http://www.flickr.com/photos/amtremont/

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Yohei Oki













 Yohei Oki, Nacido el año 1986 en Japón, con 15años sus padres le mandan a Madrid, España
y estudia el bachillerato del arte en la Escuela N2 de Arte y Oficio de Madrid y la facultad
de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid.

http://www.behance.net/yoyoyohei

También trabaja de dj y de modelo:
•  http://soundcloud.com/yyioy
•  http://www.mixcloud.com/yyioy/
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mandalas

Alvise Sacchi













Nacido en Italia, cursa estudios de arquitectura (Roma, Belle Arti). Residente en Venezuela desde 1976.

• Sustancialmente autodidacta,  ha llegado a desempeñarse  como reconocido profesional  en las áreas del diseño gráfico,  la ilustración, la fotografía,  el arte digital y la música.
• Docente encargado de dibujo a mano suelta  y de técnicas de expresión  en el Instituto de Diseño  Neumann-Ince hasta 1981.
• Desde entonces se dedica,  como libre profesional,  a un abanico de actividades  relacionadas con la creación  y producción de impresos  corporativos y publicitarios.
• Miembro de la Junta Directiva  de La Sociedad de Diseño  de Venezuela, ha merecido  diversos reconocimientos  nacionales (Biblioteca Nacional,  AIAG, Fundalibro)  e internacionales  (Dynamic Graphics, Inc. -  Third Annual Electronic Design  & Illustration Award -  Best Graphic Design in Latin  America & The Caribbean /  Punto Sur, Inc.).
• Ha participado en exposiciones  colectivas e individuales: Studio Fecha, IDD, Pro Venezuela,  Fundarte, GAN, Centro Italo,  Galería Edith Dum, CAIC,  MACC, entre otros). Actualmente dicta clases de técnicas de ilustración y su conversión a archivos digitales de calidad.

rompecabezas

texto por Lorena Bou Linhares, obra de Irene Bou Linhares




Preámbulo
Cuando el editor de La Casa Azulada me dijo que participara en este número dedicado a la totalidad como concepto, le pedí tiempo para pensármelo. No tenía claro el modo de acercarme a un tema vinculado con la religión y la filosofía. Tres días después de aquella invitación padecí lo que se llama migraña de aro, y esa experiencia me permitió concebir el simulacro de la unidad a partir de la mirada.

El siguiente episodio narra esa pérdida de la agudeza visual de la que fui víctima por primera vez y en un lapso de tiempo bastante breve. Los dibujos que acompañan al texto son el resultado de la propuesta que le hice expresamente a Irene Bou para esta entrega: volcar en imágenes las numerosas migrañas de aro que Irene ha tenido desde niña. En su caso, al resplandor que interrumpe la percepción de los objetos se le suma una parálisis corporal que sólo desaparece cuando se disipa la visión de los anillos de luz y empieza el intenso dolor de cabeza.


Episodio: Luceros
De pronto noté que veía borrosas las palabras del texto que minutos antes había empezado a corregir. Aunque pestañeé varias veces y acorté la distancia que me separaba de la pantalla, no había forma de que viera con claridad. Una aureola se repetía allí donde dirigiese la mirada. Pensé que quizá era un desperfecto del archivo que estaba corrigiendo, pero comprobé que el mismo resplandor nublaba los libros, la mesa, la alfombra, el sofá… Para evitar que me invadiera el miedo, cerré los ojos.

¿Y si perdiera la vista para siempre?, me pregunté. Dejaría de hallar faltas de concordancia, erratas, barbarismos... No podría leer como lo he hecho hasta ahora. Mis manos se deslizarían por las celdas del braille, sin poder enmendar descuidos o fallos ajenos. ¿Cómo me ganaría la vida?, pensé.

Abrí los ojos antes de dar con la respuesta, y el círculo luminoso que me cegaba seguía allí. Creyendo que el efecto disminuiría, bebí tanta agua como pude. Pasados unos minutos recuperé la visión, y la unidad de las cosas se restableció por completo.





Lorena Bou Linhares (Caracas, 1977). Licenciada en letras por la Universidad Católica Andrés Bello, cursó un máster en literatura comparada en la Universidad Pompeu Fabra y otro en edición en la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha trabajado como correctora en distintos sellos y como lectora para Tusquets Editores. Actualmente, además de colaborar en varios suplementos culturales, blogs y revistas, coordina la editorial Los Libros del Lince y el proyecto Ruta de autor, una colección de guías de turismo cultural.

Irene Bou (Caracas, 1982) estudió pintura en el Instituto de Artes Plásticas Armando Reverón. Entre las exposiciones colectivas en las que ha participado destacan el 29 Salón de Arte Aragua y el 62 Salón Arturo Michelena. Sus cuadros han sido exhibidos en varias individuales en Madrid, París y Barcelona, así como en la feria Art Basel Miami Beach 2011. Actualmente vive y tiene su taller en Blanes, y la galería Lisette Alibert en París promociona buena parte de su obra.

la totalidad de yavorsky

Guillermo de Yavorsky







Guillermo De Yavorsky nació en Caracas en 1969. Estudió arquitectura en la Universidad Central de Venezuela y fotografía con el fotógrafo venezolano Ricardo Armas. Desde 1990 al 2000 fue fotógrafo freelance para Domingo Hoy, Evening Standard Magazine, El Mercurio, El Nacional, El Universal y SIPA Press. Ha exhibido su trabajo en festivales de fotografía en Caracas, Londres, Paris, Durban y Biarritz. Algunos de sus trabajos son parte de la colección del Museo de Bellas Artes de Caracas. En 1993 comenzó a viajar a China, India, Sudafrica, Cuba, Europa y Latinoamérica. En 1995, durante su primer viaje a Johannesburg, Guillermo empezó un proyecto en relación con el futbol sudafricano. En 1996 recibió una beca otorgada por la UNESCO para pasar tres meses como artista residente en Bartel Arts Trust (Sudáfrica). Guillermo vive en Saint Barthelemy   (Antillas Francesas), donde comparte su tiempo entre su ejercicio de la arquitectura, el desarrollo de su proyecto Faraway so close (retratos skype), y viajes regulares a África del Sur, Europa, Asia y América Latina.

mandala

Mariela Casal





MANDALA

Busco el aliento en labios de eterna orilla
cocido está a mi corazón ese aroma
la miel de los ángeles cuando llueve el mar

sobre el barco de mi cuerpo
busco la luna de una noche clara
el faro del hogar y sus ventanas de estrellas

No hay nadie en el mundo
sólo un aliento que me busca por una razón de piedra
un geoglifo un rito blando algo que me lleva
a todas las flores

amo como un círculo




Mariela Casal - Caracas 1967. Poeta, Compositora, Intérprete, Artista Plástico, Ha publicado: La Fosa, Hábito Angularis, Almácigo, De-lirio, Curare-Curaré-Cantaré y Hotel. Integra toda su creación, como un sólo cuerpo lírico. Mariela Casal es una de las poetas más inspiradas de Caracas.

(m)+(a n d a)+(l a)

Enrique Enriquez




1. 

man da la da man

 

man da la da man 

 

man da la da man 

 

man da la da man

 

man da la da man

)
)
2.
mandala

man

manda

anda

dala

ala

la
)
)
3.

m a n d a l a l a d n a m

 

m a n d a l a l a d n a m

 

m a n d a l a l a d n a m

 

m a n d a l a l a d n a m

 

m a n d a l a l a d n a m

 

m a n d a l a l a d n a m

 

m a n d a l a l a d n a m

 

m a n d a l a l a d n a m

 

m a n d a l a l a d n a m

 

m a n d a l a l a d n a m

 

m a n d a l a l a d n a m

)
)
4.
adán


man


ama


la mala


Alma


nada anal


la


dama


manda


laman


la


lana


amada
  






Enrique Enríquez nació en Caracas en 1969, donde pasó los primeros 30 años de su vida aprendiendo español. En el año 2001 se mudó a Nueva York, donde lleva diez años aprendiendo inglés. En el interín, y cuando le fallan las palabras, habla a través del tarot. Es padre de tres hijos y ha matado dos culebras.

sri mandala

Javier León








 
Artista Conceptual venezolano de amplia trayectoria nacional, adelantando, por una parte, en el campo de la pintura abstracta, una investigación revisionista sobre  los procesos de inscripción historica de la tendencia geometrica-constructiva-cinetica de la pintura en Venezuela en un cruce con su influencia por el minimalismo en una propocición fundada en bandas de colores que se vuelven sobre la percepción esencial de la linea y el color, elementos fundacionales de la obra pictórica. Por otra parte Javier León desarrolla desde el año 2004 una proposición de socioanálisis aplicado al arte conceptual; a tráves de la fundación de su obra CEEIPC (Centro de Estudios Específicos en Investigaciones y Prácticas Curatoriales). Un Mapa-archivo que acciona sobre el registro de lo más notable de la actividad expositiva de la ciudad de Caracas generando la producción de proyectos artísticos a la vez que una memoria subjetivada de nuestro acontecer de las artes plásticas en nuestra ciudad.

eleison



Oscar Alarcón ha estado vinculado a las prácticas deportivas y musicales, en las que ha recibido varios reconocimientos por sus habilidades. Como baterista fue parte de la banda Irius, finalista en el Intercolegial Nuevas Bandas del año 2003.  Fue asistente de producción del video musical “Amor de estrellas”, del cantautor Fernando Alarcón. Actualmente forma parte el equipo de producción de Imaginarios de Venezuela.

José Andrés Souki tiene un proyecto musical en solitario llamado Ja Amutxategui y ha sido parte de otras bandas como Mandela es mi abuela, Colombia del 94, y Eyacular Tocando. También se ha desempeñado como actor, músico, productor y director de teatro, presentando las obras ¡Aaaaaah!, Noviembre del 52 y El asco del undécimo.



Marcel Ventura ha trabajado como colaborador y redactor de varios medios impresos en Venezuela y
Colombia, como las revistas Marcapasos, El Librero, Clímax, Bienmesabe, Rolling Stone y el diario Tal Cual. Además ha trabajado como locutor de la emisora radial 100.7 FM

el mandala y la totalidad

 La universalidad de lo pequeño en la obra de María Alejandra Castillo



 






El mandala es una forma antigua, sánscrita, sagrada, laberíntica, mágica, de composición y perspectiva concéntricas que direccionan la visual hacia un punto que progresivamente termina por explotar en el ojo y en la mente, para luego iniciar el recorrido hacia una dimensión otra, en medio de un estado profundo de contemplación en la que se transmutan y equilibran las emociones y las energías.
 El mandala es la totalidad del universo contenida en una ecuación geométrica o figurativa perfecta en su simbología. El círculo, el cuadrado y el rectángulo del Sri Yantra hindú o las deidades –que llevan a lo profundo del mundo interior o universal–, recogen en realidad la esencia de la naturaleza.

Es a la naturaleza a la que quiero acercarme como inspiradora de formas perfectas que por virtud son capaces de provocar un sutil encantamiento y llevar a través de la hipnosis visual a mundos desconocidos por su inaccesibilidad. Desde ese ángulo, la obra pictórica de la joven artista venezolana, María Alejandra Castillo, sin pretensiones, y a mi parecer sin atrevimiento expreso, me invita a adentrarme y pasearme por una dimensión cromática, donde lo vasto y lo exiguo, lo profundo y lo leve, el microcosmos y el macrocosmos se entretejen y logran ese cábala de doble dimensionalidad, en la que pulsa con igual fuerza la savia de la sangre y el espacio sideral.

la complicidad con el poder

Rodrigo Zambrano



Escribo esto por una necesidad existencial. La moda ecológica ha pasado, como ocurre con todas las modas; surge la idea, se vende, se multiplica, se desgasta y, desde el momento en que no ve más su ciclo la posibilidad de un retorno a la cúspide, sino una caída inminente, se lleva al olvido. Así pasó con las pulseras plásticas Livestrong, así pasó con el chupacabras, así pasó con los religiosos pederastas y así pasó con la moda verde de “salvemos al mundo, que lo estamos cagando”. Nada de lamentable tiene ninguno de estos casos, pues cumple con su función de hacer escándalo para distraer un toque a la gente vulgar de mente y espíritu; este ser humano traicionero, indiferente, aprisionado y confundido es al que me dirijo. Les hago este llamado de alerta por una simple razón: no menosprecien la nueva moda del despertar.

perspectiva urbana

Claudia Noguera



Hay mucho de melancolía en los recuerdos
mucho fui, era, estuve
¿en dónde?
ahora después de tantos días
los recuerdos se quedan escondidos
en un recodo, en esa esquina,
la que recibe los desechos y el polvo.
Y mi sueño sólo sabe disiparse como que huyera
feroz y contento
a ese espacio
en donde es tan fácil el olvido.


..........


acerca de la poesía y el suicidio, tema recurrente...

Concha Seijas




...aunque admirada de mi misma debo confesar (más bien, comunicar) que ya no soy poeta-suicida. Algo que ni siquiera me había planteado lograr pues lo consideraba imposible después de años, décadas, toda una vida, esquivando a duras penas el suicidio. Después sobretodo de los eventos terribles ocurridos en mi vida a partir de diciembre de 1999 parecía inefable, inevitable; incluso obligado, el suicidio. Pero aquí estoy, en España, después de más de 10 meses de haber abandonado Venezuela para siempre (el "para-siempre" es, por ahora, de 10 años a 15 como mínimo antes de volver a ver el Ávila) con un pasado que incluye haber sido casi desde que nací poeta-suicida y no serlo más: ciertamente un privilegio. Un privilegio conquistado a pulso, trabajado; pues la condición de poeta-suicida "en presente" es un privilegio gratuito (aunque agradecido enormemente; recuerden a Freud (cito de memoria): "...el poeta, esa personalidad singularísima..." ... y escasísima, agregaría yo (esa condición de "elegido").

poemas

Tatiana Rojas





Lista de reproducción

 Germino de sombras
esta hemeroteca
comida de tropas azules
estigma de unos pies venideros de lo inútil
donde más atardecen los ceros
cuanto más aún tarda
lo mínimo.
-----------------
 Literatura femenina

Cuando me desperté me habían volado la alfombra.
Los vi alejarse sobre ella por los aires
a pesar de la nube de arena
el jefe continuaba allí
musicalmente sostenido
al lado de los volantes, subversivos según él
era otra vez como si nunca hubieran apagado la luz.

 Cerré la boca y caminé descalza
con mi desnudez muy bien planificada.
Me detuve en el punto exacto para abrir las piernas
y sentí cómo el dinosaurio
hacía y deshacía
entre mis labios de cera.
______________
Guión literario

 Guión literario con Ge de gato
impronunciables coautores en el centro del reloj
superdotados negadores de una cuenta regresiva
del sofá a la cama, la profesión, el carro,
la cámara oculta.
Del par de palabras al gemido sintonizado
las cuatro manos ancladas en la arcilla entera del incendio
sustituidos e iguales
entre terceros moralejas de nada que veres
es más, sin sur ni norte
otra vez complacidos por lo gigante y laberíntico.
Separados por el orgullo estilístico
de contradecir el triste sistemita de las almas gemelas
los cantautores descarnados y patéticos
la escena en el aeropuerto
la expectativa del público más allegado
horizontal como una nueve milímetros a la altura de los ojos
o como el dominio pictórico de los fuegos
otra vez artificiales
con los mismos soles eclipsados
por qué importa cuántos pocos dedos
toda clase de bienes imposibles comunes
cadena perpetua
control remoto
naturalmente sin matices posibles entre offes y ones.
La telepatía
y las metáforas
justo en este caso no sirven para nada
final exageradamente abierto, coño.


--------------------------------
 Miss Universo

 Releo extrañada las notas del contrato
potestades especulares para tragar con las comisuras de los ojos
el charco evaporado de la tinta ausente
mentiras de verdad en las costuras de una quinceañera vestida de gris
en el trazo recurrente de la estrella a la sonrisa.

Juradas mis medidas
domesticado mi único estómago
fracasan lacerantes y en series las sombras de las espinas
obvias como una herida de sal en un champiñón.

Yo prometo mientras destilan el picante y el azufre
las rutas hormigueantes de estas venas nuevas.




Tatiana Rojas es Licenciada en Letras de la Universidad Central de Venezuela y tesista de la Maestría en Literatura Latinoamericana de la Universidad Simón Bolívar. Se desempeña profesionalmente como realizadora audiovisual en los oficios de guionista y editora. Su documental Guerreros del Arcoiris fue visto por masivas audiencias latinoamericanas y tuvo éxito en varios festivales internacionales. Además, Tatiana es activista por los derechos de la mujer y la población sexo-género diversa, y como tal es integrante de la organización política La Araña Feminista.

lost in translation

Ruth Hernández



sólo sé que volveré a verte
en nuestro hotel las calles son pliegues

Mariela Casal



me dices que prefieres un hotel
porque en mi casa harías nido

después de insistir
en una cama doble
refugiamos este amor de la intemperie
tras un cartelito de do not disturb

la camarera que entiende
lo ignora cada vez

por un instante somos un trío

corres la cortina para hacer las noches y los días
y vas trayendo ramas
                                            hierba
                                            hojas
                                            barro





 Ruth Hernández Boscán (1970).
Psicólogo (UCAB), psicoanalista. Premio Monte Ávila de Poesía para Autores Inéditos (2005). Finalista del Premio Italia para la poesía en el Certamen Mediterráneo y Caribe (2007). Mención Honorífica en la XVII Edición del Premio de Poesía “Fernando Paz Castillo”, con el poemario Baúl. Mención Honorífica en la Bienal Venezolana de Literatura 2006-2008, “José Rafael Pocaterra”,  con el poemario Shop Suey.
Libros publicados:
 . A pasos cortos. Monte Ávila Editores (2005)
 . Ex. Taller Editorial El Pez Soluble (2007)
Antologías:
 . Mediterráneo y Caribe (2010)
 . Antología de Poesía Joven Venezolana. Una edición bilingüe traducida al árabe por Nadia Záfer Chaabán (2009).
 . El Ojo Errante (2010). VI Premio Nacional de Libro (CENAL) (Mejor Producción Editorial Alternativa y Mejor Diseño de portada).