01 agosto 2011

la sombra de mi cuerpo, el saco del flux

Eric Colón



Hoy, caminando con el sol en la espalda, veía la sombra de mi cuerpo balanceándose sobre la acera, mi delgada silueta con los cabellos aun revueltos del corte de pelo que me hice ayer. Reconocí mi andar como no la hacía desde hace años y tuve uno de esos rápidos pensamientos neuromanticos en los que me encontré de nuevo conmigo mismo, con mi pequeña historia de 37 años de vida, llegué al ejercicio reflexivo de reconocer con calidez mi absoluta humanidad y la invulnerable capacidad con la que ese cuerpo, ahí reflejado en la acera caliente de las dos de la tarde, se perpetuó en la naturaleza, en un espacio que camina y anda como yo, en este planeta.

De saco negro, jeans y zapatos de goma, con el hombro tumbado por el peso de esa mochila que arrastró día a día sin saber muy bien porque, y que contiene objetos tan inexplicables como un par de medias de fútbol adidas que me prestó Andrés cuando hice de árbitro en el videoclip de Daltonic Now, libretas terminadas y desechas, recibos y papelería bancaria, varios bolígrafos malos, el grabador que me compré por 15 yenes en Haki Habara hace diez años - y que es mi única herramienta de trabajo-  y una bolsa de galletas de soda pulverizada,  desde hace meses.
Todo pasó en fracciones de segundos. Hice conjeturas e imaginé cosas como no lo hacía desde hace mucho.
La epifanía filosófica vino en un momento estático, en el que la avenida, este sol de agosto de Caracas, tan granular y metalizado, hizo del momento una fotografía histórica en mi cabeza. Me vi allí, ocupando el espacio. Lo concienticé. Lo sentí como meter los pies en agua tibia.
La incomodidad llegó cuando el calor del sol se infiltró entre mi espalda y el grueso tejido del saco. Pensé también que lo he usado bastante últimamente y que le hace falta una buena ida a la tintotería, también pensé en que es el blazer de mi único flux, como siempre ha sido (he tenido tres en toda mi vida) y no se por que también se me ocurrió que probablemente sería el flux con que me iría a la tumba. El que le iban a poner a mi cuerpo.
Por último, decidí escribir esto.
La sombra de mi cuerpo. El saco del flux.








Escritor, periodista y reconocido editor de revistas, ha estado al frente de varios proyectos editoriales de avanzada, durante los últimos años, los cuáles ciertamente han dinamizado el mercado local de publicaciones. Comunicador Social de la UCV. Igualmente ha pasado por la radio pero no le gusto mucho debido a la fragmentación del discurso del que tanto reniega. A través de su trabajo, ha revelado un vínculo innegable con la crónica de la ciudad de Caracas, como escenario de historias excepcionales y lugares extraordinarios, llevando incluso este mensaje más allá de nuestra frontera.

2 comentarios:

Boris dijo...

37 años no es nada. Guapea Colón

Boris dijo...

37 años no es nada. Guapea Colón