08 octubre 2011

la ventana

Lorena González





Estoy secuestrada en este campo visual. Me tienen harta. ¿Viste a Enrique?


No lo he visto, pero lo llevo conmigo.

Alguien nos teje una desventura, hay una sombra que corre tras nosotras mientras yo aprieto tu pezón y siento en sus rizos carnosos toda la leche del mundo.


Aprieta duro. Yo sostendré con fuerza este anillo. Lo llevaré por siglos. Te lo juro. Nadie podrá decirme que soy una infiel.


Pero otras cosas se engomarán en este delicado manto de matices que ahora nos cubre. Baldíos comentarios, falsas estructuras, envidias…


¿Qué es lo que tanto te aqueja? Mientras tus dedos me rozan yo sólo sé de un movimiento circular que me gobierna. Es un misterio. Este impulso vital camina en mi vientre, un vendaval sereno y constante, como un embrujo, como una cosa de otro mundo. De alguna manera da vueltas sobre sí mismo y en mí, como este anillo. ¿Tú no lo sientes?

No… Tal vez un poco. Al apretarte suave me olvido de la inquietud y me da risa. Por eso acaricio con nerviosismo esta tela. Me desconcentro. Cuando te toco es como si me tocara a mí misma… Pero en alguna parte hay una mirada que no me deja en paz.


Yo siento un llanto. ¿Tú no lo escuchas?

Sí… a lo lejos.  Enrique nunca podrá saber eso…


¿Qué cosa?
Tocarte y tocarse… o ¿sí lo sabe?


No sé… Tampoco me importa.

Seguro sabe que no te importa. Otra vez el llanto. Esta vez es más fuerte.


No es el mismo, son otras lágrimas las que corren.

Te lo dije. Algo nos espía. Las tiernas durezas de tu seno se han estremecido. Los míos también. Intuyo una mano o dos, una unión de pliegues, una fricción tibia en la que nos quedaremos detenidas. Hay un varón detrás de nosotras, en nosotras. ¿Tú lo sientes como yo? Es imponente y fuerte…


Yo siento todo mientras toco este anillo y tú me tocas al unísono. Es como un círculo infinito que se teje y se desvanece en estas caricias concéntricas, sin pausa, como una exhalación. Me estás apretando muy duro… Me duele.

Lo siento. Es que mientras te escucho he visto una sombra detrás de ti. Me parece que te vas a ir. Tengo miedo. ¿Y si te marchas antes del matrimonio? Serás siempre una desertora silente. Y yo tendré que huir. Eso dicen los murmullos de aquella vieja que prepara el ajuar a mis espaldas.


¿Cómo lo sabes? Yo no puedo verla con claridad.

Lo escuché en su piel llena de estrías.


Yo no sé nada. Yo sólo tengo un nudo entre las piernas que vibra y se dilata, siempre, como el anillo. Es un niño. Apriétame un poco más. Te has quedado pasmada.

¿Así?


Sí, así. Ahora todo regresa a su centro y nada sobresalta. Ni Enrique, ni tus miedos, ni la sombra.

Dirán cosas de nosotras… Falacias, calamidades. Deberé partir con tus hijos… Qué hastío este placer constante, este agobio. Es una adicción. Me pierdo, me colmo, me desvanezco, me torturo. Estoy cansada… y plena.


Cálmate. ¿Qué te tiene así?

La mirada sin centro de ese joven que nos observa en aquella ventana.


¿Dónde? No veo a nadie.

Ahí. A ratos aparece. Trabaja en algo desconocido. Nos detalla como si viera señales más allá de este marco. Tú no me crees, pero él será una desgracia para nosotras. Nos repetiremos sin cesar en este maldito diálogo. Estamos atrapadas en su visión indestructible.


Quédate quieta. No respires tanto. Pase lo que pase nos salvará la belleza.




Lorena González Caracas, 1973. Investigadora de arte, curadora y dramaturga venezolana. Es Licenciada en Letras de la Universidad Central de Venezuela. Por su trabajo de grado “Hacia una poética de la fotografía contemporánea en Venezuela” obtuvo la máxima calificación otorgada por esa casa de estudios. Entre 2003 y 2009 trabajó como Administradora de la Colección de Arte de Mercantil con quienes llevó a cabo proyectos como Jump Cuts. Venezuelan Contemporary Art, entre otros. Entre 1999 y 2003 se desempeñó como curadora en la Fundación Museo Alejandro Otero institución con la cual desarrolló exposiciones, talleres y seminarios de investigación del pensamiento contemporáneo. Como dramaturga, su primer texto teatral para adultos La Cuarta Puerta, obtuvo el premio PRIX DE LA VILLE DE PARIS 2005, realizando en el año 2006 una Residencia de Autor en la Citè International des Arts. Actualmente es Coordinadora de Artes Visuales del Centro Cultural Chacao, profesora de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela y Columnista de la crítica de Artes Visuales del Diario El Nacional. Desde el año 2004 también se desempeña como curadora independiente. Desde esa fecha ha llevado a cabo más de 20 proyectos expositivos así como charlas y talleres para artistas, investigadores y público diverso.

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