09 abril 2009

Proyecto Multimedia de Arte Sonoro









Apoyado por Goethe institut Venezuela & Sala Eugenio Mendoza

Con el juego de sociedad que significa una exposición en una institución como la sala Mendoza en Caracas: La crítica social y el reciclaje de fragmentos y residuos, con el perderse en el gran océano primordial.

La metamorfosis de las Musas…

Hay quien ve en ello una nueva era del arte –crítica e igualitaria- que destruye no solo las jerarquías de lo visible y de lo sonoro, de la música del ruido, sino también las de la producción y del consumo, de la creación artística y de la reproducción mecánica. La circulación entre lo superior y lo inferior, lo antiguo y lo nuevo, lo interior y lo exterior compone para ellos la figura de un arte crítico que reconsidera, con las leyes de la propiedad, todos los signos y mensajes en los que el arte, el comercio y el dominio se unen y se desunen. A no ser que dibuje una nueva geografía, una figura del <> que borre los repartos económicos y geopolíticos de la riqueza y el dominio. Otros deploran el triunfo de un arte asimilado a su contrario, que rechaza todas las materias y técnicas por medio de las cuales cada arte afirmaba su diferencia con las mercancías y los signos del comercio para fundirse en un mismo SENSORIUM indiferenciado. <> 1 Empieza a ser cosa sabida: nada está tan cerca de la exposición del dominio mercantil como la alteración cíitica de sus emblemas. Sin embargo, antes que decidir sobre lo indiscernible de tales aproximaciones, puede resultar útil reactivar los elementos y reducir las estratificaciones que problematizan, el significado estético y político de dicho sensorium espacial-sonoro.

Al inicio se oiría sin duda la ira del filósofo Platón en contra de las máquinas demasiado ingeniosas que se cundan y llevan a su punto extremo la la prevención del mimético: <>2 La narración, como se sabe, es la palabra momofónica que anuncia sólo el contenido de las acciones y de los discursos. Es la palabra de alguien dirigiendose a ciudadanos que no tienen más que una cosa que imitar, es decir, que incorporar: la virtud que los coloca en un sitio y los hace aptos para su tarea. Así se realiza la esencia matemática y estética de la música: la sumisión de lo multiple a la ley de la unidad. Ante todo, el filósofo opone el espacio anárquico de la MÍMESIS que es en primera instancia el lugar de lo múltiple: Poetas y actores que imitan todos los caracteres, máquinas que imitan todos los sonidos, multitudes que aprueban con sus aplausos esta celebración de [contra]virtud, la del gran animal ruidoso que se le otorga el nombre de pueblo. Así la prescripción ética platónica establece durablemente una figura negativa de lo espacial sonoro, denunciando la conspiración del espacio teatral con el ruido de la reproducción generalizada y la igualdad amorfa del <<>> A pesar de aquellos que quieren relegarla al almacén de los anticuarios o circunscribirla al infierno totalitario, se la oye resonar cómodamente en las obsesiones del arte moderno y las polémicas de nuestras sociedades liberales. A través de todos estos giros y rodeos de la dialéctica negativa, inspira la denucia de adorno de la configuración <<>>, de la <> pictórica del tiempo musical y del regreso al primitivismo por la vía de la técnica cuyo representante ejemplar es Stravinky. 3

1 - Jacques Ranciere. Espa-a: Proceso-Sonico. MACBA. 2002 p. 19
2 - Pierre Levy. Cyberculture. Paris: La Decouverte, 1997 p. 166.
3 - Dick Hebdige. Cut’n’Mix. New Cork: Methuen 1987, p. 141
- Paul Gilroy. There Ain’t no black in the union jack.
London: Routledge, 1991, p. 211.



MuuBlanco 20/02/09

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