Felipe Márquez B.
Sor Ellie, Espero sobrevivir unas cuantos años más, treinta al menos. Ya tengo un título felipemarquez54@gmail.com, eso de morirse lo esperamos todos, hasta de la risa podemos hacerlo.
El perro cruza impunemente la frontera, juegan los Leones del Caracas.
Tampoco escribo para recibir respuestas.
Algo de melodrama es como la sal en un revoltillo. Observé las muy largas piernas de una modelo en TV española, no dijeron, para variar, su nombre.
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Definitivamente la perseverancia lo es casi todo dentro de cualquier oficio.
Aceptar las derrotas como lo que simplemente son, parte de una gran batalla sin vencedores ni vencidos.
Mi gran dilema. usar los lentes a diario. En Globovisión hablan de cifras astronómicas, en dólares, que maneja el actual gobierno, ciertamente son tan altas que producen algo de vértigo, como esa estupenda película de Alfred Hitchcock, con James Stewart y Kim Novak como protagonistas principales..
Quien escribe es millonario en glóbulos rojos y, hoy, por pura casualidad redescubrí una camisa manga corta azul, si una bendita -Chemise-, Lacoste, casi nueva..
Es que definitivamente Chopin en sus Nocturnos propicia de algun modo cierta melancolía.
Circular sin frenos en este espacio parece tan extraño como mi actual manía de no hablar por teléfono.
Veré en bendita paz el juego, sin despertar pasiones de ningún tipo, bien sé que Yarmina cobra su dinero por otra vía. A diario aparece algo de comida en mi nevera.
A los desaparecidos, Blu Ray con ellos, como diría Lady Chi, esa tecnología tan perfecta que hasta los cines lloran de envidia. La tecnología doméstica ha crecido de tal modo que esos templos donde otrora, si de niños o adolescentes descubrimos nuestra temprana sexualidad. Era común enamorarse de Julie Andrews o de Audrey Heapburn, también de Raquel Welch, Brigitte Bardot o Claudia Cardinale, eso lo saben las Hermanas de la Caridad, hasta Hayley Mills está en la lista. Algo ruborizada la modelo piernilarga en cuestión dijo que se sentía fea, pues la chica será miope, vaya piernas y vaya rostro, para colmo escribe para la prensa y tiene un hijo, su edad 31 años, todo un caramelito ibérico hecho mujer, creo que tenía algo de húngara..
Giovanni Carrara es el abridor de hoy, si el lanzador de los Cardenales de Lara.
Es que al escuchar la música muy actual, por así decirlo, del grupo témpano recordé que la muerte danza a nuestro lado, como ese famoso libro ilustrado mediante xilografías, -La danza de la muerte-, ilustrada hacia 1500 por Hans Holbein.
De la infancia añoro una amistad hoy extraviada, si, con la prima artista Ani Villanueva, hoy convertida en Diva. Otrora cocinábamos pasteles de tierra y por la noche yo escuchaba su llanto cuando la agobiaban las pesadillas.
Mi familia se preocupaba porque quien escribe era harto necio y no superaba los diez y ocho kilos de peso.
Concierto número uno para piano de Frederic Chopin, otra gema del romanticismo.
Siempre he sido insomne, de muy crío dentro de una especie jaula comencé a propiciar mi bizquera, hoy corregida gracias a una intervención llevada a cabo por Talayero, si, en apenas cuarenta y cinco minutos, colocó a cada ojo de nuevo en su sitio, eso costó en 1983 doce mil machacantes.
El tema de la muerte es reiterado y se hace mofa de la misma en algunas películas de vaqueros, veinte muertos al comenzar la misma y veinte más al final.
También observo que Arturo Benedetti Michelangeli es una especia de reencarnación romántica hecha pianista, para quien escribe uno de los predilectos, por no usar la palabra mejor, Wladimir Horowitz y S. Richter, otro par de postín, Emil Gilels y Artur Rubinstein, otro duo invencible, Claudio Arrau, Dinu Lipatti, otros favoritos. Svatoslav Richter tiene manos, muy grandes, de boxeador.
Hay que hablar en presente sobre estos colosos, Decir Borges fue un escritor parece un disparate. Al fin y al cabo todos buscamos cierta trascendencia.
Unos la alcanzan y otros no.
Es fantástico ver cómo en el cine cohabitan actrices, actores, directores, encargados de la fotografía, productores, ingenieros de sonido. Al fin una hermosa película como -Amarcord-, de Federico Fellini, tiene ciertos rasgos de perfección, lo mismo sucede con -Fanny y Alexander-, de Ingmar Bergmann, son obras maestras que bien valdría la pena que fuesen reeditadas. Por allí vi que vendían -El Globo Rojo-, una muy hermosa, creo que francesa, allí un globo tiene vida propia y acompaña al crío hasta su colegio.
En Bruselas estudié durante dos años en un muy pequeño coilegio llamado -Nos Enfants-, en 1993 todavía existía pero la vieja casa de Avenue Molière tenía otra forma, la habían convertido en un edificio.
Ese entorno cambiante a veces me confunde un poco, me refiero a que ciertos parámetros de la realidad flotante desaparecen o se transmutan de un modo vertiginoso.
Alor Sor Ellie.
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