Eric Colón Moleiro
Viajes planimetrales sobre una ciudad imposible.
Los recorridos aéreos se desplazan hacia los cuatro puntos cardinales, en busca de encuentros insospechados con texturas depositarias. La mirada cenital se convierte en una forma de interpretación del mundo, para desencadenar nuevas sensibilidades espaciales y pictóricas.
Teatro Municipal describe el reencuentro de Luis Poleo con la ciudad, desde una visión intimista pero también como síntesis de una experiencia personal de vida, en donde los espacios circunscriben un estado de ánimo, a veces reflexivo y otras veces discursivo.
Luego de 2 años, desde su última exposición individual, el artista consigue recoger las formas y expresiones de un reciente y provechoso período creativo, que delimita perfectamente lo plasmado en las piezas de esta muestra: “Por primera vez estoy abordando un discurso foráneo, además del personal”.
En Teatro Municipal nos encontramos con la cruda interpretación “geopolítica” de la distribución de los territorios y zonas de la ciudad de Caracas. Bajo la arbitrariedad impuesta por las delimitaciones municipales – y arrastrando también la idea de los poderes políticos fraccionarios- Poleo nos presenta, con rigurosidad académica, pero también con gran sentido del humor, su visión aérea- y quizás también celestial- de los 5 municipios de la ciudad: Inconclusos, caóticos y destartalados.
Una mirada cenital - aleatoria y violenta- como la misma vida en esta capital, que también se relaciona con la cruzada del artista por su memoria histórica. Tropezando siempre con la misma calle, la misma esquina ó la misma avenida “en vías de recuperación”. La ciudad es tan circunstancial y perecedera como una caja de cartón viejo, pero igual así la atesoramos como nuestra: lo mismo sucede con los materiales usados para la elaboración de estas maquetas utópicas, que no son otra cosa que los empaques, cajas y desechos de los equipos electrónicos que el artista se niega a botar.
Teatro Municipal describe el reencuentro de Luis Poleo con la ciudad, desde una visión intimista pero también como síntesis de una experiencia personal de vida, en donde los espacios circunscriben un estado de ánimo, a veces reflexivo y otras veces discursivo.
Luego de 2 años, desde su última exposición individual, el artista consigue recoger las formas y expresiones de un reciente y provechoso período creativo, que delimita perfectamente lo plasmado en las piezas de esta muestra: “Por primera vez estoy abordando un discurso foráneo, además del personal”.
En Teatro Municipal nos encontramos con la cruda interpretación “geopolítica” de la distribución de los territorios y zonas de la ciudad de Caracas. Bajo la arbitrariedad impuesta por las delimitaciones municipales – y arrastrando también la idea de los poderes políticos fraccionarios- Poleo nos presenta, con rigurosidad académica, pero también con gran sentido del humor, su visión aérea- y quizás también celestial- de los 5 municipios de la ciudad: Inconclusos, caóticos y destartalados.
Una mirada cenital - aleatoria y violenta- como la misma vida en esta capital, que también se relaciona con la cruzada del artista por su memoria histórica. Tropezando siempre con la misma calle, la misma esquina ó la misma avenida “en vías de recuperación”. La ciudad es tan circunstancial y perecedera como una caja de cartón viejo, pero igual así la atesoramos como nuestra: lo mismo sucede con los materiales usados para la elaboración de estas maquetas utópicas, que no son otra cosa que los empaques, cajas y desechos de los equipos electrónicos que el artista se niega a botar.
De esta manera, en la serie“Google Earth Maps” se exterioriza la pertenencia y al mismo tiempo, la lejanía intangible, con la que el artista se relaciona con sus espacios más inmediatos. Se habla del ojo omnipresente que “cuida y observa” pero que nada toca, con la excusa de no comprometerse.
Así mismo, no quedan dudas de la aceptación definitiva de las herramientas tecnológicas como formas imprescindibles para el trabajo que aquí se está presentando. Por demás, la dependencia- casi umbilical-del artista a los softwares de proyección, diseño y composición multimedia se refleja no solamente en el “irónico” nombre de esta pieza, sino también en la dialéctica creativa que confluye en toda la obra: comunidad global-cenital, internet, ingeniería de sistemas y demás.
Por otra parte, se nos revela la radiografía compositiva que arrojaron – en código binario- la elaboración de estas piezas, a través de una serie amniótica y contemplativa de dibujos.
Teatro Municipal descubre la cartografía inédita de un lugar que existe pero que no vemos. Es el pesado alimento que nutre la anarquía filosófica del artista, pero servida en vajilla y con cubiertos de plata.
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