12 junio 2008

Notas del mal de rabia de un murciélago apátrida y tropical


Israel Centeno

1
Es una lástima que nos hayamos perdido los días más frío de este invierno europeo; eso pienso yo porque en realidad estoy harto del trópico, de los sudores excesivos, de la palabra desmedida, de la incontinencia. Si viviera en otra parte, miraría éstas latitudes existenciales con alguna aprehensión. Hay un contraste insoportable, imposible de llevar, el bochinche de una revolución;
como el trópico, es desmedida y a su vez rotundamente conservadora.

Fue notoria la mediocridad y el conservadurismo del implacable Robespierre.
2
Nunca he resentido el frío en Europa, uno sabe y comprende que se va a cagar de frío, que van a doler los cartílagos, y por eso te cubres con trapos o te pones al abrigo en una estación de trenes, en un bar o en la casa.

3
Desde hace años en este país pega frío y no deja de llover ni los cerros handejado de venirse abajo, y lo resiento, quizá es por ello que no salgo debajo de mis colchas; es algo indefinible, es el frío del paludismo y delas montoneras, el frío que produce la certeza de que un asunto impreciso yfatal se cierne y se corre como un lazo alrededor de nuestros cuellos;el escalofrío, algo que te debilita dentro, más adentro que la médula en los huesos.
4
El pasado martes fui a mi taller, coincidía con un evento, creo que un bautizo, era gente amiga, gente con la que creímos compartir una visión de país. Sin embargo, sin la intención de asumir una postura crítica extrema o de superioridad banal, me les quedé mirando desde el otro lado de la vitrina, ellos estaban allá y yo acá, tomando una copa de vino, y pensando en mi curso, sin ganas de pararme y saludar.

5
Los sentimientos se corresponden, es una creencia de mi familia, tienen un vector de ida y otro de vuelta; esto quiere decir que probablemente, ellos tampoco tuvieran ganas de saludarme, y que, ni ellos ni yo quisiéramos compartir, el humor u otras majestades.
6
El oficio de escribir es una expresión burguesa e individualista, se hace solo, o sea, en soledad. Es una empresa de alto riesgo, una empresa solitaria. El arroz con mango es inadmisible, más que inadmisible, es un plato indigesto. Quizá por eso encontremos un mercado editorial robusto en aquellas sociedades en la que estos valores burgueses de la creación, son respetado con mucho celo.
7
Las autocracias desaparecen al intelectual individualista. Cuando seimpone en una democracia liberal, bajo el pretexto de la defensa e susvalores, la persecución autoritaria del pensamiento, no tardan en aparecer los redactores de listas negras y los ejecutores de la más fiera persecución, basta recordar los años negros del Macartismo en los EEUU.
8
He estado leyendo una Biografía de Isaac Deustcher sobre Stalin; seguí con pasión las conjuras del poder despótico en contra de los intelectuales burgueses; esto sucedió antes de las purgas y los procesos del 1936-38; tras aquellos episodios, los sobrevivientes se sometieron a los conceptos del líder sobre arte y literatura leninista, sólo se podía "expresar" el arte mimetizando el discurso del padre de todas la Rusias; de tal manera él tuvo ingerencia en lo que se escribía o dejaba de escribir en las repúblicas soviéticas - y en el mundo, no hay que olvidarse del poderoso brazo de la Internacional -. Muchos autores callaron y fueron deportados por guardar silencio, un silencio reaccionario, tal como se le acusara a Isaac Babel en su proceso; los sobrevivientes se postergaron, se replegaron, se exiliaron hacia dentro y pasaron sus días memorizando las obras que escribían en la nada; pueden ser referencia de ello Pasternak, Ajmatova o Bulgakov.
9
Y a qué viene todo este cuento. Bueno, escribía sobre mi copa de vino ysobre el extrañamiento o la reticencia que tengo a integrarme a las manifestaciones de afecto en público, a sus rituales, a las máscaras, que son las de siempre, acaso, ahora mucho más serias, con menos margen para el comentario casual. Lo que acontece es efusivo como una hemorragia nasal pero no intenso. Pensaba (para mi consumo, y hacía anotaciones, estas, las suelo hacer a mi aire y como vengan, en el blog) sobre la promiscuidad, la pérdida de la contención y las pasarelas, todo este asunto me ha hecho resentir los escalofríos caribeños.

10
Por tradición goda y militarista hemos tratado con mucho rigor la liberalidad que le es intrínseca a nuestro negocio creativo. La independencia de criterio siempre ha molestado a la casta militar y a los hombres de poder; pero también causa estupor, recelo e incomodidad a intelectuales que deberían defender, sin mayores consideraciones, las empresas individuales y la voz contraria al colectivo: eso no sucede en un país que ha acostumbrado a sus ilustres a depender de gobiernos ricos y corruptos; el músculo poderoso de la renta petrolera caga y paraliza, acomoda y adecua, vende una certeza infecciosa: sin la venia del poder, al menos, sin su condescendencia, toda empresa es un fracaso; es preciso negociar con él, hacer las transacciones obligadas y necesarias.

11
Fausto, cuando decidió firmarle a Mefistófeles, ambicionaba el amor de Margarita, estos pedorros buscan un lugar emérito en el mundo de las letras
12
Los ilustres de una república goda y militar, estén en el bando que estén, se vuelven monumentales como los monolitos fascistas, confunden seriedad con falta de humor, y la majestad con el rigor de un oficio. Hoy día hay gente tan pretenciosa, que busca hacernos creer que no se tiran peos y que si se llegasen a tirar uno, en todo caso, usarían un baño, aún estando en el desierto o en medio de un culero en la playa.


Israel Centeno
Nace en Caracas, en 1958. Es escritor (de novelas y cuentos), editor, profesor de creación literaria y promotor editorial. Ha editado ocho libros en Venezuela y uno en Estados Unidos. Editorial Periférica de Cáceres, España, acaba de lanzar su edición de la novela Iniciaciones e Hilo de Comete y el Retrato de George Dyer en Europa. Esta publicación ha contado con aceptación de la critica a través de reseñas que pueden leerse en los suplementos literarios Babelia del diario El País y ABCD, del diario ABC, así como en los diarios de Extremadura, Pontevedra y Cádiz. Entre los reconocimientos que ha recibido, se cuenta el Premio Conac de narrativa, por su primera novela (Calletania, 1992) por la que también obtuvo una mención honorífica en el Premio Municipal de Narrativa ese mismo año, y el Premio del concurso anual de cuentos de El Nacional (2003) por "Según pasan los años". Es profesor de creación literaria en el área de narrativa. Actualmente dicta el curso "Aprende a narrar escribiendo" en la Fundación Trasnocho Cultural. Desde hace 12 años dirige la editorial Memorias de Altagracia dedicada a la difusión de la narrativa hispanoamericana contemporánea, y desde hace un año, la colección de poesía Celacanto.

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