Lala Herrera
Desde una vagina nos tele transportamos de un universo a otro. La energía vital o el alma se aloja a la velocidad de la luz en un feto, en dos células (ovulo y espermatozoide) que se funden y abren camino a nuestro paso interestelar entre universos paralelos. La teoría desarrollada por la física cuántica sirve como punto de partida para Carlos Enriquez, escultor, artista plástico, coleccionista y raro desde el colegio que desde hace muchos años está obsesionado con juguetes de culto japoneses. Coleccionista de juguetes de edición limitada. Ha viajado astralmente, telepáticamente, simbólicamente, teóricamente, estéticamente desde Venezuela hasta el Japón. Desde el occidente hasta el oriente.
Así como Rilke atraviesa toda la miseria humana en sus cuadernos de Malte para escribirnos las Elegías de Diuno mas allá de la vida, llegando a una cumbre que solo los monjes budistas pueden alcanzar; Enriquez, pionero en nuestro país, atraviesa desde el Caribe todas las series pop niponas de los años sesenta, Ultraman, Parman, Astro-boy, El hombre par, Goldar para fundir en sus esculturas la tecnología mas avanzada en materiales de fibra de vidrio y vinyl; pinturas tornasoladas y la fusión de la representación del hongo, cerebro, piernas, botas, helicópteros, carruseles, vaginas y ojos en criaturas que sirven de alegoría a nuestro tránsito accidentado entre universos paralelos, la vida y la muerte, la consiente y el inconsciente, la niñez y la vejez.
Así como Rilke atraviesa toda la miseria humana en sus cuadernos de Malte para escribirnos las Elegías de Diuno mas allá de la vida, llegando a una cumbre que solo los monjes budistas pueden alcanzar; Enriquez, pionero en nuestro país, atraviesa desde el Caribe todas las series pop niponas de los años sesenta, Ultraman, Parman, Astro-boy, El hombre par, Goldar para fundir en sus esculturas la tecnología mas avanzada en materiales de fibra de vidrio y vinyl; pinturas tornasoladas y la fusión de la representación del hongo, cerebro, piernas, botas, helicópteros, carruseles, vaginas y ojos en criaturas que sirven de alegoría a nuestro tránsito accidentado entre universos paralelos, la vida y la muerte, la consiente y el inconsciente, la niñez y la vejez.
Lala: biografía indefinida y nombre propio indeterminado, fluctúo entre Lala, Lala-x, Laluna, Lalita y Lalona. Nunca Lola aunque tengo dos inmensos senos y cadera dislocada en la pista de baile. Me imagino como un árbol de navidad discotequero y contradictorio. Mujer rota y remachada. Amorfa, saqueadora y mimética. Chillona, de botas piel culebra, gastadas, gitana. Andrógena, encandilada, quizás demasiado tonta, insegura y torpe. Llorona reboto entre mis lágrimas y de nuevo siempre busco terminar el día entre carcajadas. Sudo, chupo, trago, bailo, follo, bebo, como, pico y atravieso como la música y el taladro. Amo.
Lala: definición onomatopéyica que hicieran desde mi primer día en el planeta tierra.
2 comentarios:
good Article !
Amazing Work .
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