21 febrero 2008

Deborah Castillo: ¿tocar o no tocar?







José Antonio Parra



En plena orgía, un hombre murmura al oído de la mujer:
what are you doing after the orgy?
Jean Beaudrillard

La propuesta de Deborah Castillo apuesta al arte de lo explícito; una jugada donde la artista trastoca las reglas del juego mismo para sumirse, si acaso esto es posible, en sujeto de la representación. Su serie Colección privada: fantasías I es una secuencia inmersa en una poderosa atmósfera kitsch donde el carácter de lo que es en apariencia pornográfico, esto sería la imagen por la imagen, se disuelve para dar lugar a la intencionalidad estética contextualizada en un espacio tiempo distante al espectador.

La tonalidad sepia de la imagen junto a la exposición de los calendarios contribuyen, en gran medida, a agudizar este distanciamiento temporal en el que la artista se desplaza en un vaivén entre el objeto y el sujeto representados, aspecto que Foucault trata hasta la saciedad en el capítulo de Las palabras y las cosas dedicado a Las meninas. En este caso Castillo se vuelve un imposible, se sumerge en un sujeto-objeto irreal, deconstruido, carente de asideros y de una sexualidad en evidente denuncia.

El tratamiento cromático de la piel en la imagen sumergen a la composición en un erotismo cálido, desenfadado, volcado hacia un espectador qué, asaltado por la sorpresa, desconoce las intenciones detrás del aspecto performance de Deborah castillo.

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