01 marzo 2011

Ego trip, la maña de buscar lo no perdido - José Urriola



Al ego trip se le aplica eso mismo que un amigo me comentaba sobre las hermosas ciudades de la Europa del Este: a pesar de la belleza, se les nota en la cara que tuvieron en el pasado un acné feroz que las dejó surcada de cicatrices.
Cada vez que me meto a buscar lo que no se me ha perdido, a rastrearme a mí mismo en la Red (to google yourself, que le llaman), me encuentro con dos o tres agujeros en la epidermis de mi identidad digital que me gustaría borrar, por cierto, pero ya es tarde. Allí están para recordarme lo que fui y no me gustaría hoy ser, como tatuajes en el avatar que no conocen láser para erradicarles.

Apenas pongo mi nombre en el buscador saltan inexorablemente un par de escritos a los que les hubiera tocado el mejor destino de la gaveta o el fuego; pero quiso la propia torpeza, y la necedad sin filtro de ese José Urriola que creo ya no ser, que acabaran siendo lanzados en el océano de mensajes en la botella en el que se convirtió Internet.

Para colmo de males, la maña del ego trip también me ha dejado lazos estrechos aunque unilaterales (seguro que ellos ni sospechan de mí) con mis otros yo. Los otros José Urriola que me dan cuentan de todo eso que yo no fui ni seré.

Existe un José Urriola que es presidente del diario La Estrella de Panamá, es un periodista de quilates que viste con trajes de Armani y corbatas de seda; seguro que conduce el Audi que jamás llegaré a manejar (aunque yo, mi estimado homónimo, hubiera preferido un Jaguar y compraría las corbatas en otra parte). A ese José Urriola le envidio la cuenta bancaria, el cargo de Presidente (de lo que sea) no se lo envidio a nadie.

Sé de otro José Urriola que es un destacado triatlonista, que corre 10 kilómetros en poco más de una hora, monta bicicleta de verdad y de las de verdad (yo ahora miro a mi propia bici de paseo y me produce una extraña mezcla de ternura con saudade por lo no vivido) y además nada varias millas a mar abierto (mientras que yo me enorgullezco cuando logro hacer una piscina completa sin toser).

El tercer José Urriola en cuya vida me he asomado se llama Danger José Urriola. Y –la culpa es toda de sus padres que le antepusieron el Danger al José- ese Urriola lleva ya dos muertos encima. Con la primera víctima lo absolvieron por falta de pruebas, pero con la segunda lo condenaron a no sé cuántas décadas de cárcel por homicidio calificado. Y uno dice, como si fuera un hombre par: “en qué peo te metiste, José Urriola”. A mí Danger José me preocupa un montón, es un fantasma recurrente que me ronda y en mis noches de insomnio me ha hecho barajar las posibilidades de a quién le hubiera metido yo cuchillo de haber sido él.  Yo también, de haber sido más Danger que José, tendría un par de muertos encima, o tres. Pero pura gente que se lo merece, eso sí.

Una vez leí en una novela gráfica una frase que hablaba de un supuesto adagio japonés que reza: No busques lo que no se te ha perdido, lo encontrarás y te hará daño. La cultura occidental y la psicología moderna suelen hablarnos maravillas de los procesos de búsqueda y reconocimiento de uno mismo. Go Google yourself, Sigmund Freud, te reto a ver si sales ileso. Seguro que acabas con los ojos y el alma rasgados.

-.-

José Urriola. Licenciado en Comunicación Social (UCAB) con Master en Cine Documental (UAB). Ha sido Jefe de investigaciones del Banco del Libro y profesor de Investigación audiovisual y Cine documental (UCAB).  Tiene un blog llamado Rostros de Viento http://joseurriola.blogspot.com/y es coeditor de la blog-revista Los Hermanos Chang http://hermanoschang.blogspot.com./

1 comentario:

Anónimo dijo...

Precisamente retome hoy mis escritos despues de muchos años de no hacerlo, pero muchos, y esta vez empece escribiendo desde la parte inferior de la hoja hacia la superior, y las palabras supieron reconocer sus paso, entre palabras emepce a escribir lo siguiente, hablando de las relaciones que deja el internet: ...aquel lugar donde muy pocos tienen la osadia de penetrar, pues se dice que una vez adentroes tan perfecto que ni la misma perfeccion lo puede entender y empieza a desgarrarlo pues cree que se le ha vulnerado... y en este momento busque en google lo siguiente: La casa del ego. Pues asi empieza mi escrito, sobre el ego. Y sale un blog que me ha sin querer hacerlo encontrar la forma correcta de esto y tal cual es el Ego trip, bien ahi querido tu, espero que sigas matando a tantos como puedas!