27 octubre 2010

Ocho kilos de nada



Cinzia Ricciuti




Camus odia a Rimbaud.
No le perdona que haya renunciado, que se haya dejado.
Camus esconde el desasosiego y la soledad en la soberbia.

Es tan tierna la poesía desde afuera, tan dulce la auto-aniquilación paulatina del poeta maldito, tan fácil vivir el éxtasis prestado.

El genio está en tener el don, dice Camus, no en abandonarlo.

Rimbaud, enfermo de nadas, carga con ocho kilos de oro en la cintura, duerme con ellos, desde que dejó de ser poeta.

¿Son tan diferentes el oro y la poesía?

3 comentarios:

Gisela Cappellin dijo...

A veces las dudas van amarradas a la cintura, no podemos soltarlas ni para dormir. Te alabo Cinzia por llevar en tu atadura la riqueza de la palabra...

Cinzia Ricciuti dijo...

Gisela, eso que dices, las dudas que nos toman por el centro del cuerpo...
Gracias por tan bello comentario, por leer y acompañar.
Te abrazo.
Cinzia

BAO dijo...

Cinzia, gracias.

El post esencial.