01 agosto 2010

Un Lázaro de nombre Dante



Fedosy Santaella


La belleza de vivir arrasado,
melena revuelta, espalda quebrada,
la piel curtida de lunas volcánicas.


Fantasma intensamente vivo,
perro de calle al fin con casa,
Lázaro de nombre Dante,
vórtice
de fuego y hambre
que devoró la provincia de los placeres
con una libertad que murió violenta.

(Y quizás, quizás su milagro
fue la inocencia).

Ahora, nacido de nuevo,
mira hacia atrás
y no lo encarcela la piedra,
y no para,
sandalias de ceniza,
y sonríe,
rostro feliz de idiota perdonado.

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