09 abril 2009

Poemas




Alejandro Chacón




Claridad

Lo más claro es el margen,
El límite donde desembocan
Presencia y mirada.

Todo espesor es doloroso.
Por ello no son un sueño estos árboles
Este espacio en profundidad.

Una imagen, un paisaje entero no basta.

Estará siempre intacta la raíz que falta,
La desnuda rama que apenas se sostiene.

De las cosas

Preguntas por la memoria de las cosas.

A un lado, ellas son camino y torrente.

¿Qué dolor se aferra a la grieta en el suelo,
A la cama deshecha o la puerta entreabierta?

Sólo las cosas conocen su entrega.
Esto, que confundes con tu dolor, no son ellas.

Un árbol arde ante otro árbol,
Pero apenas se vislumbra el bochorno
De cada raíz descubierta.
Es lo que se entumece frente a los ojos,
Es aquello que parece dormir y no duerme.
Mira cómo en el musgo la luz tiembla.
Hiere el tiempo y las cosas se ajenan,
Pero ellas en su silencio no ceden.

Ahora preguntas por la vida de las cosas.
Preguntas por la soledad de las cosas.

Paisaje y variaciones


I

Si estos árboles se dispusieran a un lado,
El vacío sería cierto.

Desnuda, la distancia se encamina.
El día no llegará más lejos.

Gris y verde de las ramas al fondo,
Borroso el suelo.

¿Es esta frescura una última transparencia?

Un surco entero decide su fuerza.

La nitidez es el paisaje a punto de romperse.



II

Esta es la nitidez de los árboles,
La imagen densa aun tan frágil.

Un poco de hierba húmeda
Es una tierna sustancia.

¿Quién diría que todo esto es aire?

El espacio resiste
y se adhiere a una mirada.

Las formas se avivan.

Una hoja estremece el paisaje.

Canción

Como una mañana
habitas un cuerpo
que no conoces
y dejas para sí

Porque no basta
porque nunca bastará
Lo que alcancen tus manos

Dejo eres
de tierra
un algo
un saber
sin otro fin
que el de habitar
asentir
tocar aquello
que es más cercano.


Adiós

En este paisaje reducido,
Como un jardín,
La leve hierba es un lago,
Las ramas se estremecen
Y en las hojas
El aire se filtra.

Lo que se extiende desde el fondo
Es su regalo: El espacio nítido,
El fluir transparente
Que respira intacto.

Los ojos alientan un margen.
La separación no se ha extenuado.

Un poco más que yo resiste el jardín.
Lo asiente el paisaje.


La tarde

Sobre la terraza:
Rumor de hojas.
El calor brota del suelo.

Nada comienza aquí,
Pero desde ventanas
Cada reflejo del sol hiere.

La fatiga está
En el consumirse de la tarde
En el viento menguado, débil.

¿Tendrá aquí la luz su término?

A este lugar
Entregado a la claridad
La tarde no añade un grano de arena.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Me gusta la atmósfera. Qué gusto volverte a leer. Bel.

Erika Reginato dijo...

Alejandro...
Entro a un espacio otoñal, donde camino con árboles que me hablan y no me estorban porque en esta soñolencia,pues, en este calmado habitat, las cosas más olvidadas, cobran vida y se recuerdan...
Erika Reginato

France dijo...

Ale, ya han pasado 3 años desde aquella tarde de un 27 de Abril, cuando tus labios transformaron en sonidos los poemas que hoy leo, haciéndome recordar que las emociones que produjíste en mi, aun siguen intactas. Fue un placer escucharte y ahora lo es leerte! France.