04 abril 2008

Desde la mirada de Héctor Salazar, una melodía quemada de Venezuela


José Antonio Parra




Atmósfera
En las cárceles es otro mundo. He ido a la cárcel a visitar, nunca he estado en una cárcel pero sí a visitar, es otro mundo, los que viven allí tienen que dormir con los ojos abiertos porque en cualquier momento le pueden dar muerte, el que está allí no tiene seguridad absoluta. La Guardia está al frente nada más en la entrada, en las puertas de los pabellones están los vigilantes que son presos también y de allí pa´lante es arroz chino, no hay ley para nadie, allí son pabellones y celdas abiertas y eso es como un barrio común, eso es en Yare I, Yare II y la Planta. La persona que llega allí, si llega con un problema de las calles, por chismoso, por un problema de violación o llega por problema de cualquier de esa índole, la pasa mal o lo matan o lo violan o le hacen cualquier cosa como esa. Si llega por haber matado a otro o caerse a tiro con alguien, a ese lo respetan. Adentro hay uno que manda allí, que llaman “El Cartel”, a ese sí lo respetan. Y esos que están allí son casi todos asesinos. Eso allí está dividido: el Ala 1, el Ala 2, el Ala 3 y el Ala 4. Cada una de ellas tiene diferentes carteles y se respetan entre cada uno de ellos; yo no puedo pasar para allá ni ellos para acá y cuando van a pasar tienen que mandar un aviso. Cuchillos como tú los busques, granadas...




Sensorial
Sí he sentido resentimiento y estaba generando algo en mi vida como un rencor contra la sociedad, contra aquellos que tenían y mayormente genera algo como para quitárselos, de una u otra forma. Claro, yo particularmente en el momento no lo racionalizaba pero, gracias a Dios, a través de la palabra, se me alumbró el camino. Estas personas no reflexionan en esto y entonces tienen rencor contra todo aquel que tiene algo, que se quiera superar, que quiera ser profesional, tiene un rencor y entonces quieren subyugar a aquellas personas para ellos sentirse mayores que ellos.

Cuando empecé a sentir (la ira) empecé a tratar de involucrarme con personas que pudieran dotarme de mecanismos para poder enfrentarme contra eso, contra aquellas personas que no me agradaban pues así se penetra en las pandillas de barrios mayormente, pero gracias a Dios la palabra entró en mi vida y me sacó.

Modus vivendi

Caracas es bastante civilizado en cuanto a la parte de uno conocer muchas cosas, pero en la parte de la conducta de la persona, normalmente en los barrios, viene siendo igual que por el campo.

Darwin, o quién es quién

En los barrios, en principio no hay moral, muchas veces la gente se basa en la sobrevivencia. Así mismo, en el barrio si eres demasiado “pilas” tienes problema y si eres demasiado tonto también tienes problema, entonces uno tiene que inventarse una forma como cuadrarse con el que es delincuente para que él no arremeta contra uno.
Siempre fui vecino de ellos y aparte del compañerismo, aunque uno sabe que no son compañeros de uno pero siempre los saludo, siempre les hablo, siempre estoy pendiente de saludarlos y entrar en confianza con ellos, porque si uno pasa derecho se los puede echar de enemigos y dicen que éste se la quiere echar de esto y de aquello y cuando uno viene de regreso entonces lo asaltan. Uno no es como ellos pero más o menos le lleva la corriente.


De dónde a dónde
Nosotros nos mudamos de Caracas cuando yo tenía 13 años, nos fuimos a los Valles del Tuy. Nosotros vivíamos por la zona del Encantado y los terrenos no eran propio, así como la gente necesitaban los terrenos, nosotros compramos allí en Santa Teresa del Tuy, de allí nos fuimos toda la familia, todos los que estamos aquí y empezamos a fabricar, hicimos la casa y nos fuimos criando allí en ese lugar.

Era mas tipo campo pero como uno está llegando y como éramos muchachos de 13 o 14 años, algunos de mis hermanos trataron de desviarse de las buenas costumbres, empezaron agarrar malas cosas, que más adelante, gracias a Dios, se lograron meter en el canal. Aunque estamos en una ciudad pero ya teníamos un ambiente diferente, mas religioso.
Tengo una mamá, no tengo padre sino un padrastro, que bastante nos ha ayudado pero ellos no tenían capacidad para enseñarme ni tampoco para inculcarme las buenas costumbres porque realmente nacieron en el mismo sistema que te estaba diciendo antes, en un mundo de ignorancia muchas veces, pero hubo algo importante que ayudó, que fue la palabra de Dios y cuando la palabra de Dios llega a cualquier hogar entonces allí se va a ver una luz.

Estuve estudiando en un colegio la primaria y parte de la secundaria porque llegue hasta segundo año nada más por consecuencia del trabajo y las ocupaciones, yo he tenido que trabajar hasta ahora para ayudar a mi mamá y mi papá es enfermo. Mi mamá no trabajaba, se dedicaba al hogar, mis hermanos estaban pequeños y yo era uno de los mayores porque los otros ya se habían casado entonces yo tenía que hacerle el frente, tenía que trabajar para poder sustentar el hogar y esa es la consecuencia y el por qué no he podido estudiar más.

Por cortesía de lo Uno
Yo predico la palabra en los barrios, me meto en los hogares, eso lo hago continuamente, con el propósito de que los muchachos que van naciendo no agarren ese camino donde se están desenvolviendo, sino que agarren el camino de la palabra de Dios, que tengan buenas costumbres, que es importante, que eso se ha desaparecido, entonces yo me meto en los hogares y a través de la palabra les voy informando a las madres de inculcarle los principios a los muchachos a través de la palabra de Dios, ese es mi oficio diario.
Cuando yo hablo de los principios y los valores, que es importante también, que salen a través de las escrituras, yo aprendo a amar al prójimo, a través de una enseñanza que impartían en las congregaciones, justamente a los niños que empezaban a enseñarles que había que respetar al adulto, que había que atesorar las cosas buenas en el corazón, la enseñanza.
El hombre, por una enseñanza bíblica que tenemos nosotros, el hombre es un ser que tiene dos naturalezas, una naturaleza espiritual y una naturaleza carnal, cosa que se compone en espíritu, alma y cuerpo, lo que llamamos la tricotomía, espíritu, alma y cuerpo porque el hombre tiene un cuerpo que es la persona física que todos vemos y también tiene la persona interior que es la parte espiritual y que Dios lo diseñó de esa forma, como dice la Biblia que lo hizo a su imagen y semejanza. Lo diseñó de esa forma con un propósito, tiene un propósito con el hombre, el hombre en la tierra si llega a 100 años es mucho pero en la parte espiritual es eterno y tiene dos destinos, la Biblia dice que hay un camino amplio y espacioso que lleva a una perdición y un camino angosto que lleva a una salvación, esos son los dos destinos del hombre, no hay otro, según la Biblia. El hombre prepara su destino aquí en la tierra.

Como dice la Biblia, no todos podemos ser ojo, no todos podemos ser oreja, ni podemos ser nariz. Cada uno tenemos una expresión diferente, así como el cuerpo y cada función es importante. Hay gente que se puede ocupar de la jardinería, otros de mecánica, otros se ocupan de otras cosas.
El señor Jesucristo se dedicaba a la carpintería, era Carpintero y así sucesivamente, el Apóstol Pedro hacía tiendas, era su oficio. Esos son ejemplos, aunque yo he leído bastante de otras personas pero mi punto de partida siempre han sido ellos, ha sido la Biblia y la palabra de Dios. Ha funcionado mucho en mi vida y en mi hogar a pesar de que se lleva un sistema donde nadie se escapa. Ese sistema es algo que te absorbe, hoy dice la gente en el barrio y lo he visto con mis ojos que es difícil de criar un muchacho en el barrio de buena conducta porque siempre hay lo que es el medio ambiente y lo que es ese medio ambiente lo absorbe y lo llevan a ellos a llegar otros pasos.

No tengo otro blanco en esta cuestión, sino uno solo, hay sólo una solución para el hombre, para el intelectual, para el rico, para todos los hombres solo hay una solución, en todos sus problemas hay una solución; a veces no es el camino que el hombre busca a través de la ciencia, a través de la religión, a través de muchas cosas sino a través de Jesús, Jesús es la solución para el hombre; y todas estas cosas que suceden que vivimos y ves alrededor no se pueden solucionar sino a través de Jesús.


Y ahora, cómo explicar esto
¿Qué sucede en la parte de los barrios?, que la mayoría de la gente de los barrios son gente bien necesitadas, la mayoría, muchos no tienen trabajo, no tienen empleo y la necesidad es algo que lleva a la persona a sentir resentimiento dentro de su vida y cuando a uno mismo se le cohíbe de algo que uno quiere o necesita entonces va creciendo con ese resentimiento; cuando el niño ve a sus otros compañeros de que tienen un par de zapatos nuevos, un juguete nuevo y él no puede tenerlo, entonces va creciendo con eso adentro.

Goodfellas
Yo estaba en el Barrio de Petare, tenía una serie de compañeros de mala conducta, de mala formación y ellos me dicen a mi que me vaya con ellos a un lugar para hacer y deshacer, las prácticas que ellos hacen, que es en la parte de la droga, vicio, delincuencia y toda esa clase de cosas; en ese momento yo sentía un vacío o sea, sentía la necesidad y tienes que llenarla con algo y la forma de llenarla de ellos es siendo malandro. Violencia exactamente y que a través de la violencia ellos quieren sobresalir, ellos compensan con eso, porque son personas que no tienen profesión, no tienen nada en sí, no tienen nada que vestir, no tienen dinero, no tienen ni nada que comer, entonces tratan de compensar todo eso a través de la violencia, sentirse importante.

Cuando nadie los toma en cuenta entonces ellos tienen que hacerse sentir dentro del barrio.
La responsabilidad neta la tiene es la madre y el padre porque si yo me acuesto con una mujer y esa mujer sale preñada, yo tengo que asumir mi responsabilidad con ese muchacho que va a nacer, que es lo que estoy haciendo hoy por hoy, voy a darle orientación a los adolescentes para que sepan criarlos y darle una orientación a esos muchachos, entonces los niños van creciendo desamparados; cuando la persona crece desamparado va sintiéndose solo, menospreciado y hay veces que hay gente que ve un niño solo en la calle y lo discriminan y lo miran con el rabo del ojo y están creando en ese niño más violencia todavía.



Nombre: Héctor Luis Salazar.

Edad: 31 años.

Oficio: Me dedico a la jardinería, trabajo en jardinería y también atiendo la Iglesia, como Pastor.

Familia: Somos 10 hermanos, siete varones y tres hembras.


Héctor mira espejos, muy ad infinitum
Esta clase de testimonios la hacen muchas personas y gente que puede solucionar esto pero no lo hacen porque no les interesa. Mi trabajo como Pastor ha sido meterme en los hogares tratando de solucionar algunos problemas, no todos porque son mucho. Si la comunidad entera se inclinaran a este tipo de problema, no pasándole pañitos calientes, sino llegar a la raíz, se solucionaran gran porcentaje.


Ups

Yo estoy desesperanzado de todos los gobiernos, la solución está en nosotros mismos.





¡Malkovich, Malkovich!

Si pensaran todos como yo, sería la solución, pero la Biblia dice que donde empiezan las guerras y los problemas y hay dificultades del corazón del hombre y no hay que cambiar el sistema hay que cambiar nuestro corazón.





La realidad de la generación sopotocientos

Tengo mi corazoncito por Venezuela, me duele lo que le pasa a Venezuela, lo que le está pasando. Hoy por hoy el país está dividido más que nunca aunque siempre ha habido divisiones pero estamos divididos más que nunca, ya hay un grupo que tiene una forma de pensar muy diferente a la otra. A nivel de barrio es muy poca pero la hay y ni es así como se solucionan los problemas ni es así como nuestro país puede salir adelante. La parte secular que es la parte que trabajo, lo que he podido alcanzar, porque la situación para uno el pobre es muy fuerte, para todos pero para uno es más fuerte y yo trabajo para mi familia, he trabajado para sobrevivir. En la parte religiosa he ido a las cárceles, a los barrios...


Ups

En estos días lanzaron una granada en el barrio.


Time present and time past...

El pasado es algo que nos ayuda para el futuro y el presente. El presente y el pasado. El futuro yo pienso así, el futuro se puede hace desde que uno está pequeño, desde niño y el padre y la madre lo va formando a uno y lo va preparando para el futuro, después de que uno agarra uso de razón y tiene la libertad de decisión entonces es cuando uno se prepara para el futuro, pero el futuro es corto, hay futuro que es eterno y es el que yo siempre toco porque en el futuro tú puedes tener 80 años pero el futuro verdadero del hombre es eterno.


La cena está lista

No sé cómo sonará esto, pero aquí en la tierra no hay un sitio ideal para mí, ese es mi concepto. Aunque uno se sienta bien mañana se puede cansar de eso y tienes que brincar a otro lugar y uno busca algo más, y eso algo más lo tiene Jesús y la ciudad ideal es la Nueva Jerusalén, en el cielo.

Tengo planes de terminar una construcción que estoy haciendo en la casa, de allí formar mi familia que no la tengo, tener a mis hijos, mi mujer y todo eso y seguir pastoreando la Iglesia, seguir rescatando gente de las drogas, del vicio, de la mala conducta, seguir ayudando aquellos niños que necesitan orientación, que necesitan de protección porque eso siempre ha sido mi anhelo y son mis planes para el futuro, si Dios me lo permite lo haré y si no, quedará allí porque ese siempre ha sido mi anhelo.

Desde siempre y hasta siempre

Siempre me ha gustado el jardín y desde pequeño siempre he estado trabajando sembrando matas, haciendo todo lo que es relacionado con el trabajo de la tierra.

No solamente es un oficio, yo estoy aquí y trabajo mi jardinería y me gusta hacerlo, y si estoy en mi casa también lo hago.
En mi casa limpio los solares, los arreglo y siempre lo he hecho, desde que era niño me gustaba.

Respeto

A mi todos los vecinos me respetan; por mi conducta y mi forma de ser. Los muchachos que andan echando broma también me respetan y saben que soy una persona que no ando buscando problemas ni nada de eso, y la gente sí sabe que yo le llamo la atención por sus errores o sea, por andar en malos pasos y yo cada vez que los veo les digo: esto está bien, esto está malo, no hagas esto, no hagas aquello, las consecuencias de aquello es esto. Tu destino, les digo a los muchachos que andan por ahí, tu destino sí tu mataste a alguien es que te maten a ti también igualito, entonces cambia tu destino.

A veces, en medio de una balacera dicen: cuidado con el hermano.


Instantáneas

Son momentos. El carro que me transporta para el barrio cuando voy bajando y voy entrando al barrio donde yo vivo y hay un tiroteo entre ellos, entre los mismos muchachos.
A uno le dicen “El Negron”, a otro “El Gordo”, a otro “El Tigre Tom”, no le dicen por su nombre sino sobrenombres; entonces cuando yo vengo entrando están ellos Pa Pa Pa y en eso yo me quedo parado porque no puedo correr, no puedo hacer nada y ellos me ven y dicen: cuidado con el hermano, lo conocen a uno y aparte de eso Dios está allí con uno, protegiéndolo. Porque el que ama a Dios, todas las cosas de Dios son de bien.

Te voy a contar una, que eso me pasó a mí. El muchacho le decían “Cabeza de Paladar”, es un delincuente pero terrible, tiene muchos muertos dentro del barrio; yo estoy entrando en la Iglesia y entra el con una pistola, un 380. Y se mete para adentro y hasta el tope de droga y dice que va a matar a unos hermanos y se iba a matar también porque no apreciaba esta vida, está obstinado de la vida, ya no puedo seguir más; y se metió adentro de la Iglesia y yo lo llamé y empecé hablar con él y me apunta y traquea la pistola pero no dispara y cuando yo vi esto, y estaba conmigo mi hermano carnal, que es pastor también, y le pongo la mano y estaba en el piso hablando, poseído. Cayó en el piso y entonces empezamos a hablarle y hablarle y se le pasó y nos pidió disculpas. Le puso el peine a la pistola y salió. Y al cabo de un mes se convierte en a Cristo y hoy por hoy es un Director de un Centro de Rehabilitación en el Zulia.

Fíjate, es algo que me sucedió a mi también y que esto da a entender de que Dios está con uno, con aquel que da la vida por las cosas del Señor. Una vez un sujeto se levantó contra mi en un barrio en San Francisco de Yare, me insulto y me dijo de todo y quería hasta pegarme. Era mala conducta y pertenecía a la delincuencia, yo le aconsejé y le dije que no hiciera eso y me dijo que me iba a robar y se metió en la Iglesia y robó la Iglesia mientras nosotros no estábamos; se llevo las cosas de adentro, el sonido, otras cosas y yo le dije a él que iba a tener problemas con Dios porque Dios se las sabe todas y después te vas a lamentar, así que desiste de lo que estás haciendo y no te metas con Dios. No hizo caso. El y otro se metieron en la Iglesia. Fui a casa de uno de ellos y le dije que devolviera lo que se había llevado de la Iglesia, no vaya a ser que Dios te castigue y este muchacho desistió y se levantó contra uno, entonces a él lo mataron. Dios lo sacó del camino porque ya estaba echando mucha broma y al otro después me lo encontré y me dijo que más nunca se metía con nosotros.

Nosotros estamos dentro del barrio, en medio de esa delincuencia, en medio de ese ambiente hostil que hay que es muy fuerte. Hay gente que vive encerrada y no sale, gente que vive bajo llave y ni siquiera se asoma por la ventana porque tienen miedo de lo que les pueden hacer afuera. Nosotros vivimos en ese ambiente que no salimos afuera pero salimos con una protección y esa protección es de Dios, el que se mete con uno se las cobran después. Como dijo el delincuente, yo más nunca me meto con un evangélico, más nunca. Y ese cayó en Yare preso y va a la Iglesia de Yare, porque en las cárceles hay iglesias también, dentro de las cárceles hay Iglesia y se metió a evangélico. Dentro de las cárceles cuando hay motines y ese tipo de cosas los que salen adelante son los evangélicos, salen a recoger a los heridos, salen en medio de la plomazón, salen al frente. Y en la cárcel a los evangélicos los respetan, nosotros salimos confiados en el Señor.

Dice la Biblia que los que aman a Dios les sale todo bien. Yo creo que milagrosamente Dios me está protegiendo y puede haber miles de personas como estas cayéndose a plomo y uno en medio de ellos, y lo puedo decir con propiedad porque así lo he vivido. La gente vive así en el barrio, en zozobra. La policía no entra porque la policía les tiene miedo. En estos días, hace poco, mataron a un DISIP cerca de donde yo vivo y tuvieron que meterse como 50 DISIP para los barrios para poder hacer algo adentro. Y eso es en los barrios del Tuy, que es un sitio sano, imagínate tu aquí en Caracas como será el asunto. La delincuencia es tanta que la policía no puede hacerlo, no da abasto.

Ligerezas

Yo conozco a uno que tiene 18 muertos encima. Ya tenía como 36 años, pero lo agarran preso y lo vuelven a soltar, tiene 18 muertos encima, yo lo conozco, era amigo mío y se crío junto conmigo. Yo lo saludo y le predico la palabra. Unos son víctimas de otros, son capaces de matar y matar. Entonces son víctimas también de esa zozobra, de esa angustia de donde viven.


Ups

Uno aprende de su propia experiencia.



Epílogo

No fue en ningún momento intención estética desdibujar a Héctor Salazar. En efecto, lo pretendido fue recrearlo a la manera de quién fotografía, pero para ello se vale de ciertos artificios que sugieren la potestad mágica del medio: cierto encuadre psicodélico, algo de hiperrealismo y finalmente, como valor central, una estética sumamente cercana al folletín en cuanto a la edición.

No fue ni siquiera intención el planteamiento de una noción política determinada. Qué sentido tendría hablar de militancia política, superados quizá el marxismo y el capitalismo y vertidos en esta forma de cinismo generalizado que ya llega, tal y como era de esperarse, a que grupos cada vez más amplios de ciudadanos se vuelvan escépticos y participen (o no participen) de propuestas neoanarquistas disfrazadas de cualquier suerte de organización no gubernamental.
El retrato le da una dimensión pura al sujeto, a ese sujeto que simultáneamente está y no está, en este caso, presentando un retrato de acuerdo a una perspectiva caleidoscópica.
En esta perspectiva, esa metodología del testimonio clásico, fue objeto de mi trabajo pero asumiéndolo como un discurso más y, por tanto, sujeto de valor estético; valor que es obvio en la modalidad de edición, representación, en cierto modo, del canon tarantiniano: suerte de ruptura temporal, muy vertiginosa e hipperreal del orden del folletín que Umberto Eco nos resume así:

La receta aristotélica es bien sencilla: tómese un personaje, con el que pueda identificarse el lector; que no sea decididamente malo ni tampoco demasiado perfecto, hágase que le ocurran sucesos tales que pase de la felicidad a la infelicidad o viceversa, a través de múltiples peripecias y distintas escenas de reconocimiento, tiéndase el arco narrativo hasta más allá de todo límite imaginable, de suerte que el lector y el espectador sientan piedad y terror a un tiempo. Por fin, cuando la tensión llegue al extremo, hágase intervenir un elemento que deshaga el nudo inextricable de los hechos y las consiguientes pasiones. Se tratará de un prodigio, de una intervención divina, de una revelación o un castigo repentino: lo que en cualquier caso debe producirse es una catarsis, término que en Aristóteles no está muy claro si significa una purificación del público, aliviado del peso con el que la intriga, insoportable ya, le había cargado, o una purificación de la propia intriga, que finalmente encuentra una solución aceptable, coherente de la idea que tenemos del orden lógico (o fatal) de los acontecimientos humanos. Y aquí se acabó la historia[1].

Héctor salazar, dentro de esta mirada Tarantiniana al folletín representa al antiheroe, es, al igual que Caine en Kunf Fu[2], un hombre que recorre el mundo, predicando el amor y el bien, al igual que Caine vive en un mundo de extrema violencia, no olvidemos que es testigo de excepción en este vuelco global que se ha dado desde los campos a las ciudades, y aún así Héctor, de acuerdo a su testimonio[3], sale bien librado mediante el uso de elemenetos mágico religiosos. Tal y como ocurre con Jules en Pulp Fiction se retira de los malos pasos, mediante una conversión divina (ingrediente esencial en el caldo de cultivo de un folletín), entonces Héctor se dedica a predicar la palabra y al igual que Caine se hace sacerdote, claro, no de la orden Shaolin, pero si de acuerdo a una de las formas que está presentado la gama de cultos que, a excepción de los períodos inquisitoriales, siempre han existido con amplia libertad en occidente; en el caso de Héctor estamos frente a un pastor evangélico.
Desprovisto de una intención política per se, vemos como Héctor es registro de una época y tres espacios: uno urbano, otro rural vinculado estrechamente con su oficio de jardinero[4] y, finalmente, y quizá más importante para él un espacio de lo metafísico.
¿Desde cuándo conozco a Héctor? creo que es una pregunta truculenta, realmente no lo recuerdo, creo, o de algún modo imagino que lo conozco de siempre, que siempre estuvo ahí, entre jardines, hombre de piel oscura y templada, la cabeza cubierta con una suerte de turbante mientras de algún modo ora. Hace años que Héctor, cuando viene a Caracas, utiliza un cuarto de la casa de mis padres a cambio de que practique su arte en el jardín. Son años conociendo a una persona a quien, de repente, uno le pide que sea “objeto” de estudio y resulta que él hace el papel, y no sólo lo hace de una manera casi vehemente sino que, incluso utilizando ciertos giros discursivos de grata lectura y que, no se olvide, expresan el imaginario de alguien que ha visto un mundo duro, uno demoledor y sin embargo ha salido de él.
Héctor siempre asume su modalidad dialógica de acuerdo a una cantidad de recursos persuasivos y giros, muy bien elaborados, que sumen al lector en una experiencia que uno no sabe si es real o ficcional. Obsérvese el uso de la segunda persona del plural, por ejemplo. Por ello también ha sido intención preservar el habla de Héctor intacta hasta donde sea posible.
Vuelvo sobre mi discurso original y ahí está Héctor, de acuerdo a una mirada de la edición, un retrato, un testimonio de una época o un aparataje testimonial colocado, de acuerdo a un casting (por llamarlo de algún modo) neorrealista y una edición con ruptura temporal y “trama” símil al folletín.
Quizá, si asumiésemos una perspectiva taoísta, a la manera del cuento de la Mariposa de Chuang Tzu, en el que éste se acuesta y sueña que es mariposa. Al despertarse Chuang ve una mariposa y entonces no sabe si fue Chuang que soñó ser mariposa o una mariposa que soñó ser Chuang, Héctor y Caine de Kung Fu podrían intercambiarse en un giro estético en el que ambos sacerdotes viven en un mundo rudo y sin piedad, y ambos predican algo; en el caso de Héctor la palabra (de Dios) y en el caso de Caine la no palabra (o el Tao). Como puede verse; el reflejo de la estética Tarantianiana, en la que se retoman registros de la cultura masiva de los setenta constituyen el elemento primordial para una puesta en escena del hiperrealismo. No en balde Héctor me comento off Record su afición por películas como Ciudad de Dios[5].
Una vez grabado el cuestionario con preguntas relativas a sus atmósferas y transcritas las mismas, he decidido borrarme; desaparecerme absolutamente del discurso de Héctor (a excepción de los momentos en que éste apela a un otro, como dije antes mediante el uso de la segunda persona del singular esencialmente, de modo que no se pierda de vista esta relación implícita e insalvable que existe, dada la modalidad del género, entre testimoniante y testimonialista) haciendo intervenciones en lo referido a la edición de manera que ésta, evidentemente, asumiera un carácter, un propósito y una estética psicodélica. La receta sería:

1) Se agrupan los textos de acuerdo a tópicos y dentro de aquellos tópicos muy extensos, con fuertes variaciones de textura en la tonalidad de los mismos, proceda a fragmentarlos, de acuerdo a los tonos. En unos casos, por ejemplo, el tema del barrio se utiliza como reflexión acerca de la violencia y en otros aparece la prédica de la palabra. De este modo hay dos tonalidades en el tópico del barrio que usted puede aprovechar de manera mejor al colocarles como unidades independientes que serán de gran utilidad en el paso número 5.

2) Alrededor del texto identidad del sujeto, demarcada con fuente Courier (a diferencia del Times del resto del texto), explaye los fragmentos que tenía anteriormente utilizando la fórmula tarantiniana ya anteriormente descrita. Utilice un fragmento que dispare la intriga, a manera de knock out, en la entrada.

3) Mire el texto.

4) Vuelva a mirar el texto de un modo suma-mente no euclidiano.

5) Coloque subtítulos que realcen la estética previamente elaborada en la edición, en algunos casos, sírvase del uso de la ironía para resaltar la denuncia o el punto que establece el testimoniante.

6) Dada la intención estética; dé las explicaciones que considere adecuadas (si acaso lo considera adecuado) en un epílogo que llegue justo al próximo punto, el 7, pero recuerde que, para no romper la forma final del trabajo no hay lugar para una bibliografía.

7) Note que las cosas están al revés, usted se aproxima, tan sólo, al principio.[6]




[1]Eco, Umberto. El superhombre de masas, España, Editorial Lumen, S.A. 1ª ed., 1995, p. 14.

[2] Serie de los años setenta protagonizada por David Carradine en el papel de Kwai Chang Caine y Keye Luke como el maestro Po. Kwai Chang, es un antihéroe, una suerte de monje shaolin y taoísta que recorre el oeste Norte Américano teniendo aventuras luego de escapar de China por un incidente en que éste tiene cuando, presa de la ira, venga la muerte de su maestro a manos del sobrino del Emperador.
[3] No olvidemos que somos construcciones discursivas y como tales nuestras historias personales, ese discurso que nos hace uno, está sujeto a una subjetividad equívoca, una que proviene tanto del emisor, así como otra del lector-espectador. De este modo no es de extrañar poder encajar estas formas estéticas; la del testimonio y el folletín en una suerte de narración que agudice su propio significado.
[4] En la Caracas que surge de la postmodernidad, se da el fenómeno de jardineros de culto que son muy bien cotizados entre los dueños de jardines.

[5] Películla Brasilera que relata el duro mundo de la lucha de bandas en las favelas.
[6] Y eso que la realidad que nos vendieron, aquí desde Venezuela, en nuestra infancia a todo un grupo generacional, fue la imagen de Brandy Martell, pura uva, puro Brandy, puro Martell, aquel hermoso torso de Coperttone y el glamour de Renny Ottolinna.





Imagen: René Magritte, Espejo falso

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