21 febrero 2008


Joanna Vegas



Una vez en mi vida finalmente siento que alguien me necesita. Él me necesita. Tal vez porque está muy solo, tal vez porque no tiene con quien ver televisión, o no consigue quién le planche bien las camisas. ¡Un momento! -Yo no se planchar, y no me gusta- le advertí, pero me dijo que no importaba, porque su hermana mayor se las plancha maravillosamente bien, así que descubrí que no es por eso. El problema es que siempre quise sentir que había alguien que me necesitaba, y ahora que lo encontré no se qué hacer con él. ¡Que situación! Lo único que calma esta angustia de sentirme necesitada es que esta urgencia de mí tiene sus horarios: de 5:15 a 7:00 de la tarde y de 1:35 a 4:00 de la madrugada. Esto me tranquiliza pero también me trae una nueva preocupación: ¿Por qué esos horarios tan extravagantes? Él me ha dicho que esos son los momentos mas críticos de la necesidad, que durante las demás horas puede sobrevivir ¿Será que soy la heroína de sus cuentos?
Imagen: José Antonio Parra

3 comentarios:

Anónimo dijo...

De 1:35 a 4:00 de la mañana es el momento del insomnio. De 5:15 a 7:00 de la tarde es el de la siesta...

Anónimo dijo...

Ah, Joanna, que buenos recuerdos.
Lástima que ella nunca me necesitó a mi.

Anónimo dijo...

Ellas

Son ellas
Nombres
Caras
Recuerdos

Acechan
Invaden
Irrespetan

Fueron ellas
Sonrisas
Cabellos
Miradas

Tientan
Confunden
Instigan

Algunas fueron piel
Otras sólo nociones

Algunas fueron presas
Furtivas, innombrables

Otras fueron paz
Sosiego y esperanza

Serán Ellas.

Serán siempre.

Espectros
Peligros
Amores