Rolando Peña "El Principe Negro"
Texto de presentación del mural El barril de Dios
Universidad católica Andrés Bello-Caracas, 31/01/2008
Universidad católica Andrés Bello-Caracas, 31/01/2008
Después de más de tres décadas trabajando y desarrollando el petróleo como concepto, icono de la cultura contemporánea es sorprendente constatar cuán infinitas son las posibilidades, estéticas, conceptuales, políticas, ecológicas de este elemento o bitumen. Sin duda los artistas somos obsesivos, llevo 49 años vestido de negro, al arte desde que tengo uso de razón o sin razón, al petróleo lo digo al comienzo del texto.
“El Barril de Dios” es una obra aleatoria, sin fin, tanto en las imágenes como en el sonido, me propuse hacer un Caleidoscopio con un barril y dividí la pantalla de la computadora en cuatro, para que las imágenes rebotaran entre sí creando una sensación de espejo, en el caso del Mural intento plasmar todas estas sensaciones, por supuesto con la complicidad del público. Entre mis obsesiones la idea de lo aleatorio, los espejos, los sinfines, el barril, el sonido puro han ocupado un espacio preponderante en mi creación y definitivamente la unión Arte, Ciencia y Tecnología es un leit motiv en toda mi obra.
La ciencia ha demostrado que la naturaleza en sus niveles más básicos es altamente simétrica. En este sentido todos entendemos qué es simetría, la percibimos cada mañana en el espejo, en la inmutabilidad de una esfera, o como nos recuerda Jorge Luis Borges “La realidad favorece la Simetría”.
Ahora bien, la naturaleza no es exactamente simétrica. ¿Quién podría imaginarse un mundo unitario sin diversidad? Sin átomo, sin galaxias, sin flores, sin mujeres.
En su famosa teoría de la incertidumbre Werner Heisenberg plantea que el átomo tiene un movimiento azaroso, Einstein con la relatividad y por supuesto Mandelbrot con sus fractales, Rene Thon con sus matemáticas del caos, et cétera, nos llevan a darnos cuenta cómo la historia se hace y se deshace, lo mismo sucede con el arte, de ahí la importancia del creador, su rol es abrir, puertas, lanzarse en el vació sin malla protectora, poner el dedo en la llaga, asumir sus obsesiones hasta sus últimas consecuencias, si logro esto con mis obras estaré un poco más tranquilo.
“El Barril de Dios” es una obra aleatoria, sin fin, tanto en las imágenes como en el sonido, me propuse hacer un Caleidoscopio con un barril y dividí la pantalla de la computadora en cuatro, para que las imágenes rebotaran entre sí creando una sensación de espejo, en el caso del Mural intento plasmar todas estas sensaciones, por supuesto con la complicidad del público. Entre mis obsesiones la idea de lo aleatorio, los espejos, los sinfines, el barril, el sonido puro han ocupado un espacio preponderante en mi creación y definitivamente la unión Arte, Ciencia y Tecnología es un leit motiv en toda mi obra.
La ciencia ha demostrado que la naturaleza en sus niveles más básicos es altamente simétrica. En este sentido todos entendemos qué es simetría, la percibimos cada mañana en el espejo, en la inmutabilidad de una esfera, o como nos recuerda Jorge Luis Borges “La realidad favorece la Simetría”.
Ahora bien, la naturaleza no es exactamente simétrica. ¿Quién podría imaginarse un mundo unitario sin diversidad? Sin átomo, sin galaxias, sin flores, sin mujeres.
En su famosa teoría de la incertidumbre Werner Heisenberg plantea que el átomo tiene un movimiento azaroso, Einstein con la relatividad y por supuesto Mandelbrot con sus fractales, Rene Thon con sus matemáticas del caos, et cétera, nos llevan a darnos cuenta cómo la historia se hace y se deshace, lo mismo sucede con el arte, de ahí la importancia del creador, su rol es abrir, puertas, lanzarse en el vació sin malla protectora, poner el dedo en la llaga, asumir sus obsesiones hasta sus últimas consecuencias, si logro esto con mis obras estaré un poco más tranquilo.
A DIOS DEDICO EL BARRIL DE DIOS..... ROLANDO PEÑA
1 comentario:
Heisenberg formulò el Principio de
Incertidumbre, una contribuciòn fundamental a la Teorìa Cuàntica.
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