26 noviembre 2007

Iluminaciones visuales e íntimas de Manuel Lebon


Manuel Lebon



Periodista, Dj y selector de ambiente sonoros de amplia trayectoria en Venezuela, Manuel Lebon presenta al público su faceta más íntima y menos conocida en la exhibición Cuadernos 1995-2007, donde desarma una serie de cuadernos realizados a la manera de libros-arte, ilustrados profusamente con diversos pigmentos y ensamblados con collages donde predominan atmósferas cromáticas y formas de tríangulos, cuadrados, esferas y óvalos, elementos cuyo simbolismo se pierde en la noche de los tiempos y alude al arquetipo del huevo cósmico como germen del misterio inefable de la vida. La presentación de la exposición en los espacios del Hotel Paseo las Mercedes cuenta con la curaduría de la también artista Valerie Brathwaite y en su clausura el 6 de enero contará con un diseño sonoro especialmente seleccionado por Lebon con mucha de la música que le ha ayudado a plasmar sus expresiones plásticas y un show de slides hechos a mano.

Fascinado por los libros-arte que había visto en diversos países, Manuel Lebon se embarcó a crear los suyos propios durante un extenso período de tiempo y nunca ha cesado en retocar y enriquecer estos cuadernos, herederos de una larga tradición artística. Hay una miríada de posibilidades concernientes a lo que puede ser un libro-arte, esto según Dick Higgins, uno de los autores del libro Artists Books, A critical Anthology and Sourcebook (EEUU, 1985). Para este autor, el libro-arte es "uno que ha sido realizado como un objeto en si mísmo y no por la información que contiene. No es que contiene una serie de trabajos, poemas o ilustraciones. Es una obra en sí mismo y su diseño y formato reflejan el contenido. Este libro puede ser de cualquier tipo de arte: un libro-arte podría ser música, fotografía, artes gráficas o literatura." Los libros-arte se remontan a experimentos de creadores como los libros del portugués que escribía en latín André Bayam (Goa, India,1629) o el visionario británico William Blake. Este último fue un espíritu libre que convirtió las imágenes en manifestaciones de un mundo interior, de figuras plenas de potentes colores y posturas convulsas que marcan el inicio del Romanticismo inglés . Los libros-arte proliferan a partir de finales de los años sesenta y principios de los años setenta para documentar instalaciones artísticas efímeras tales como performances o instalaciones y en los últimos veinte años muchos artistas visuales, preocupados con los medios de comunicación y su transcurso en el tiempo, han redescubierto el libro, investigando y transformando cada aspecto de este venerable contenedor de la palabra escrita.

La formación artística de Manuel Lebon se remonta a mediados de los años ochenta, cuando compartía sus estudios universitarios de Comunicación Social con su asistencia a diversos cursos matutinos en la Academia de arte Federico Brandt, institución privada situada en San Bernardino. En aquellos tiempos previos a la fundación de la escuela Armando Reverón había un tremendo vacío en el ámbito de la formación artística y esta pequeña escuela privada logró aglutinar a numerosos artistas y docentes de larga trayectoria, esto gracias al esfuerzo de sus miembros fundadores Sol Ponte de Bendayán y Yolanda Chirinos Carnevalli. Entre los docentes regulares de esta escuela se hallaban Onofre Frías, Samuel Baroni, Ricardo Benaím, Abilio Padrón, Victor Hugo Irazabal, Walter Margulis y Edgar Moreno. Entre los cursos que Manuel Lebon realizó en la escuela se encuentran dibujo con Susana Amundarain por tres años; y otros tres años de pintura con Walter Margulis, Carlos Sánchez Vega y Luis Lizardo (este último egresado de Central Saint Martins School of Arts). Además realizó c ursos de verano con Jorg Bachhofer (Alemania), Jean Schiff (EEUU) y pintura y técnicas mixtas con la especialista y creadora norteamericana Nancy Busch. Con esta última, los cursos veraniegos se terminaron extendiendo a dos años completos de instrucción junto a un grupo de estudiantes de la escuela. Durante el resto de los años noventa, Manuel Lebon se enfocó en labores periodísticas y musicales aunque nunca descuidó del todo la veta artística con regulares visitas a museos y galerías en diversas partes del mundo, en especial durante su larga estadía en Londres, donde se hizo asiduo participante de los cursos de apreciación artística del British Museum o la Tate Gallery.
A finales de la década el curador Jesús Fuenmayor lo invita a participar en la primera edición de Jóvenes con FIA (1998) y en el catálogo el curador divide a los participantes en géneros como la pintura, instalación, video, fotografía y collage: "en el grupo de los pictóricos se reúnen Emilia Azcárate, Manuel Lebon y Carlos Julio Molina. En fotografía caben Muu Blanco, Dulce Gómez, Andrés Manner, Luis Molina Pantín y Alfredo Sosa. En collage, Mariana Bunimov, Beatriz Inglessis, Diana López. El colectivo de Daniela Lovera y Juan Nascimento, así como Leonardo Cayuela y Edmundo de Marchena se ubican en la categoría de video…Cabría insistir que estos artistas, como señala Simon Sheikh son libres de transitar como un nómada entre diversos medios en sus búsquedas de objetivos y metas artísticas. El medio específico, continúa Sheikh es formalmente una cuestión agotada."

Entre las principales influencias artísticas que menciona Manuel Lebon se halla en primer lugar a Mark Rothko, cuyas obras de expresionismo abstracto tan enigmáticas, hipnotizadoras y seductoras, plasman el ideal de que la pintura debe ser "la expresión simple de una idea compleja". Rothko llegaría a convertirse en uno de los grandes pioneros del arte de la posguerra y, concretamente, en una de las figuras más destacadas del expresionismo abstracto americano, junto con Barnett Newman y Jakson Pollock. Sus creaciones constituyen sentimientos emotivos plasmados a través del óleo y esto conecta muy bien con el intimismo y emoción que surcan los cuadernos creados por Lebon en un devenir plástico donde tienen cabida la nostalgia, la espiritualidad y lo lúdico.


El periodista orientado a las artes visuales Edgar Alfonzo Sierra ha escrito tras hojear estos cuadernos y sus imágenes, un texto de nombre "Ovum" donde desgrana su visión arquetípica de la obra pictórica de Manuel Lebon: "he aquí el paraje más reservado de un creador extrovertido. Se lo conoce como autor contemporáneo en términos colectivos, difusores: DJ, personaje radial, periodista, fiera nocturna y esteta voraz. Pero en las lejanías de su interior, en la franca soledad, conserva un reducto de ejercicios recoletos, ensimismamientos visuales, extrañas experiencias meditativas de corporalidad pictórica y proceso poético, incubadas hace unos años, recuperadas hoy. Manuel Lebón es un devoto clásico. En las hojas de sus cuadernos, algunas de ellas aquí desplegadas, se apuntan los pormenores de un recorrido espiritual que pocos sospechan, expresados con alegorías y simbolismos, a la usanza antigua, con tradiciones y arquetipos. De los aires, auras, aureolas y mantos cromáticos que destila con sus pinceles, emergen almendras primarias, cigotos y mandalas, cunas ovoides, núcleos que invocan los inicios inconscientes, el refugio imperdible y más seguro, el descanso germinal y el deleite. Son nostalgia."

1 comentario:

Anónimo dijo...
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