María Teresa Ogliastri
Durante el exilio en el Jardín de la Quietud
aprendí a contener la violencia
como el gato de la emperatriz Wu
que contuvo sus instintos
y vivió en una jaula con impasibles loros
una mañana que meditaba cerca del lago
recibí la visita de un dios
vestido de seda y con forma de mono
no sé si fueron tantos mimos
pero con el tiempo se volvió carnívoro
y los criados le temían
cuando llegaban los espías
lo saludaban con una venia
en prueba de rectitud política
me gustaba verlos correr por el jardín de orquídeas
espantados cuando Sun Wu-Kung
pasaba volando cerca de sus cabezas
al terminar mi exilio
regresé a la Ciudad Prohibida
quise que Sun Wu-Kung imitara al gato
de la emperatriz Wu
y viviera fraternalmente con mis enemigos
pero era salvaje
y mordía
un amigo leal
al que tuve que sacrificar
aprendí a contener la violencia
como el gato de la emperatriz Wu
que contuvo sus instintos
y vivió en una jaula con impasibles loros
una mañana que meditaba cerca del lago
recibí la visita de un dios
vestido de seda y con forma de mono
no sé si fueron tantos mimos
pero con el tiempo se volvió carnívoro
y los criados le temían
cuando llegaban los espías
lo saludaban con una venia
en prueba de rectitud política
me gustaba verlos correr por el jardín de orquídeas
espantados cuando Sun Wu-Kung
pasaba volando cerca de sus cabezas
al terminar mi exilio
regresé a la Ciudad Prohibida
quise que Sun Wu-Kung imitara al gato
de la emperatriz Wu
y viviera fraternalmente con mis enemigos
pero era salvaje
y mordía
un amigo leal
al que tuve que sacrificar
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