29 agosto 2009

Editorial

Vivimos la era de la prótesis; bien sea digital, química, la prótesis puesta en el otro, en fin, una poliformidad de modalidades para la persona que habita el hic et nunc. En este caso haremos una reflexión sobre la prótesis química, el psicoactivante y las modalidades complejas que ha adoptado en el entramado cultural actual.

La experiencia psicodélica o inefable, practicada por todas las culturas de la orbe en estados iniciáticos de desarrollo, permitían al shaman acceder al nagual, a Lo Real, a una experiencia que dentro de su contexto cultural significaba per se una sanación de la tribu que la experimentaba.

Nunca nos hemos podido liberar de la experiencia psicodélica, no obstante que en tiempos modernos, ésta se haya descontextualizado convirtiéndose en una apología de la intoxicación y no una sustancia para la experiencia espacio temporal, sino para su alienación; llegando a los extremos nefastos de la adicción, el sujeto esclavo del objeto; esos son los tiempos que vivimos. La experiencia creativa, en muchos casos se ha tornado errática y tanática, entramos en una espiral donde es siempre más porque nunca es suficiente, sicastenia en otras palabras, ya ni siquiera la experiencia narcótica representa una fuga mundis; sino, por el contrario, el hastío infernal. Nuestra apuesta, en La casa azulada, es retomar nuestras raíces, nuestros contextos y vivir la experiencia, con o sin el psicoactivante y en cualquier caso sin el componente adictivo, pero, en todo momento acceder al mundo de lo dual, de lo inefable, vaciarnos en Uno.

José Antonio Parra

No hay comentarios.: